La estatua del Mariscal Tito, realizada en bronce en 1948 por el escultor Antun Augustincic, fue erigida en varios lugares de Yugoslavia, entre ellos en Kumrovec (Croacia), el pueblo donde nació el legendario líder comunista. Está desvinculada del contexto porque representa en el fondo una situación paradójica: desaparece un culto y se erige un monumento en honor de un hombre cuya piel es susceptible de sufrir daños.
Miroslav Krleza:
"...Tito, con su gabardina militar y su silueta casi melancólica, no fue representado como un triunfador; el estado de guerra se había prolongado durante tres años, en circunstancias arriesgadas, en la peligrosa incertidumbre que provocaba cada día la vida guerrillera; además, este retrato fue realizado en las inmediaciones del ejército alemán, cuando las divisiones controladas por los alemanes se encontraban a sólo unos kilómetros de distancia. Este Tito de Augustincic, con su gabardina de partisano, que enarboló la bandera de la resistencia en un momento histórico en el que todos los políticos de nuestro país se rendían al viento, no fue representado en la posición del comandante al timón de sus brigadas; es el rostro de un hombre con la cabeza inclinada debido a las serias preocupaciones, que da vueltas pensativo..."
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