Walter Reuter, soldado fotógrafo. Alrededores de Madrid, enero de 1936.
Realizado posiblemente por Otto Bartz, amigo de Reuter. Fondo Guillermo
Fernández Zúñiga.
Escapando del horror de los nazis, el alemán Walter
Reuter llegó a España en 1933. Allí retrató la guerra civil de principio
a fin. Y dejó un cuantioso legado, descubierto hace un lustro,
actualmente en estudio.
"No ha habido fotógrafo más pasionalmente comprometido con la
República y la guerra civil (española) que Reuter. Es curioso porque es
alemán”, dice a DW Aku Estebaranz, uno de los investigadores de la
llamada "lata de Walter Reuter”, que apareció sorpresivamente en 2016 en
España. A diferencia de muchos fotógrafos, incluidos extranjeros como
Robert Capa, que iban y venían, el berlinés nacido en 1906 cubrió
ininterrumpidamente el conflicto, desde el 18 de julio de 1936 hasta
febrero de 1939. Sin embargo, al caer el último bastión antifranquista
huyó a Francia, igual que lo hizo antes de su país: sin nada en los
bolsillos.
Para Gilberto Chen, fotógrafo y exyerno de Reuter, el
descubrimiento de fotos y negativos de Reuter es fenomenal, pero lógico:
"Lo de España está bastante desperdigado. Estaban en guerra, una que
además perdieron. Su archivo estaba en Valencia”. Su primera cámara fue
una Contessa Nettel. Con ella, desde 1929 Reuter empezó a cubrir para
revistas de izquierda las acciones de grupos comunistas en Berlín y los
ataques de los "camisas pardas”, el ejército privado del partido nazi.
Sus fotos se usaron dos años después como prueba para citar a su líder,
Adolfo Hitler, a un juicio. También captó la cotidianidad de los barrios
bajos de Berlín, en especial de los niños, retratados con dignidad y
alegría, aun en la miseria, una constante a lo largo de su existencia.
Para
alcanzar España, "Walter Reuter y su primera mujer, Sulamith Siliava,
que era judía, salen el 13 de marzo de 1933 de Alemania rumbo a Suiza,
montados en un camión del partido nazi. Dicen ser de las juventudes
nazis”, explica a DW el mexicano Ariel Arnal, historiador visual, quien
prepara una biografía autorizada.
El
biólogo Guillermo Fernández Zúñiga -hoy reconocido en España como "el
padre del cine científico”- y el fotoperiodista alemán cruzaron sus
caminos durante la Guerra Civil. Ambos trabajaron para el Comisionado de
Propaganda. Al morir el primero, su viuda donó sus archivos a la
Asociación Española de Cine Científico. Y ahí, en 2016, apareció una
vieja lata de película con 4.000 negativos, la mayoría inéditos. Al
principio se creyó que eran de Zúñiga, pero luego se detectó obra de un
fotógrafo distinto. Estebaranz explica al teléfono que, de ellos, "2.200
son de Reuter”. Él y otros dos miembros del equipo de investigación,
Rogelio Sánchez, albacea de la colección, y Alfredo Moreno, historiador
de arte, pudieron cotejarlo al comparar algunas de las 1.200 imágenes
del fotorreportero alemán publicadas en impresos de época, resguardados
en la Biblioteca Nacional de España.
"La última fotografía
conocida de Reuter es del 16 de enero del 39. Es de un soldado que hace
un acto heroico... Más o menos el día 26 de enero cae Barcelona e inicia
el exilio. Estuvo trabajando comprometido con el gobierno republicano
hasta el último momento: el que el apagó la luz fue Reuter”. Después de
eso su obra se perdió. La dejó encargada en una oficina de prensa con la
encomienda de mandársela a suelo galo, lo cual no sucedió.
El
mayor archivo del fotógrafo alemán está en México, donde vivió desde
1942 y murió a los 99 años. Consta de más de 96 mil imágenes y negativos
resguardados por su hija menor, Hely Reuter, fruto de su segundo
matrimonio con la mexicana Ana María Araujo. Con el hallazgo en España
-analizado gracias a una subvención del Ministerio de Presidencia
ibérico-, "se podrían alcanzar las 100 mil piezas. Reuter nunca
contabilizó ni rastreó sus fotos, las tomaba porque le gustaba”, narra a
DW Gilberto Chen, supervisor de la colección mexicana. "También
destruyó mucho al final de su vida, decía que no servía. En realidad,
había mucho más”.
El 22 de
abril de 1942, Reuter, su mujer, Sulamith Siliava, y su primogénito
Jasmín, nacido en Málaga, llegan a México, tras años de separación
forzada. Mientras él disparaba fotos en España -tras darse cuenta de era
incapaz de matar a nadie-, su familia se exilió en París. Al tratar de
alcanzarla, fue detenido en un centro para alemanes en Francia, luego
enviado a un campo de trabajos forzados en Argelia, de donde se fugó.
"Tenemos
un documento de la República Española que dice que Walter Reuter es
español, no sabemos cómo lo obtuvo. Permanecerá así de 1942 hasta 1957,
cuando recupera la nacionalidad alemana que Hitler le quitó”, cuenta
Arnal, profesor investigador del departamento de Arte de la Universidad
Iberoamericana de México. "Nunca se nacionalizó mexicano, será alemán
hasta el fin de sus días. Por un acuerdo entre México y la República,
los españoles podían nacionalizarse mexicanos. Al día siguiente de pisar
el puerto de Veracruz, se la ofrecen, pero él la rechaza”.
Las
investigaciones muestran que Reuter contribuyó a los fines
propagandísticos republicanos. Por ejemplo, sus fotos ilustraron dos
grandes proyectos sociales: las colonias escolares, instituciones
educativas que refugiaron a niños afectados por la guerra, y la cartilla
escolar, método de alfabetización para soldados de ese bando. "Son la
imagen que la República quería dar en el extranjero sobre su lucha y
posicionamiento democrático”, relata Aku Estebaranz, experto en fotos
históricas. "Cuando el gobierno tenía un gran proyecto y quería
difundirlo, al que llamaban era a Reuter. Fue una persona de su absoluta
confianza”.
Antes del hallazgo, se pensaba que Gerda Taro, amiga
entrañable del fotoperiodista y también fotocineasta, había plasmado
más momentos del Segundo Congreso Internacional de Escritores para la
Defensa de la Cultura, que en julio de 1937 reunió a intelectuales de
todo el orbe. No obstante, "la lata contiene más de 300 negativos y en
otras fuentes han aparecido cantidades pequeñas, lo que suma unos 400
fotos y negativos”. En ellos se ve a Ludwig Renn, Hans Kahle, Bodo Uhse,
María Teresa León, Manuel Altolaguirre, Miguel Hernández, Rafael
Alberti, Elena Garro o Pablo Neruda. Otras joyas son el único reportaje
de un hospital de leprosos de la Guerra Civil o cuando la República pide
a los más famosos brigadistas internacionales abandonar España para
indirectamente sacar a las tropas italianas, alemanas y marroquíes que
apoyaban a Francisco Franco.
A
México, donde encontró la paz y una segunda familia luego de enviudar,
Reuter "trajo esa nueva idea del fotoperiodismo moderno, donde no solo
son imágenes complacientes, sino con una carga ideológica fuerte”, dice a
DW Juan Carlos Valdez, director de la Fototeca Nacional de México. "Su
lucha contra el fascismo marcó su mirada”, añade. "Marcó parámetros para
muchos fotógrafos de las nuevas generaciones de aquella época y de
medios importantes del México de su tiempo”. Por el ritmo y la
frecuencia con que Reuter tomaba fotos, Aku Estebaranz, que espera más
fondos para seguir su investigación, piensa que la cifra de fotos que
hizo de la guerra pudo ser mayor y lo destaca como "un gran fotógrafo
humanista”. Plantea que "una característica muy interesante en él es su
capacidad para empatizar con el retratado y hacer sonreír a alguien
hasta en las peores condiciones: en la guerra o tras un bombardeo”.
Arnal,
quien ha visto el contenido de la lata, asegura que el archivo español
de Reuter sorprenderá cuando salga a la luz, por la cobertura y sus
temas. "Será tan valioso como cualquiera de los archivos completos –que
no son más de unos cinco- que se han encontrado de la Guerra Civil. Él
estará en primera línea por la cantidad y la calidad”, dice emocionado
al teléfono. Por eso y por "una cuestión emocional que le impedía a
Reuter retratar la pornomiseria y su lástima”, el especialista concluye
que el Premio Walter Reuter, que se entrega desde 2006 en México, "está
más que merecido porque el periodismo debe ser empático".
Fuente: Deutsche Welle
Un grupo de milicianos en la tensa espera del ataque franquista a
Madrid. Trincheras del barrio de Usera, noviembre de 1936. Foto Walter
Reuter. Centro Documental de la Memoria Histórica. Ministerio de
Cultura.
Un grupo de tanquistas del Ejército Popular de la República. Frente del
Segre, julio-agosto de 1938. Copia de autor. Foto Walter Reuter
Un multitud observa un combate aéreo en los cielos de Valencia. Plaza
del Ayuntamiento, verano de 1937. Copia de autor. Foto Walter Reuter
Una niña acogida en una Colonia escolar en brazos de una anciana. Valencia, verano de 1937. Foto Walter Reuter
Retrato de un miliciano de las Juventudes Socialistas Unificadas en un parapeto. Madrid, invierno de 1936. Foto Walter Reuter
Un grupo de jóvenes voluntarios de las Divisiones de la Juventud en un
desfile. Plaza Cataluña, Barcelona, 4 de abril de 1938. Foto Walter
Reuter
Edificios alcanzados por un bombardeo de aviación franquista. Plaza de
Antón Martín, Madrid, noviembre de 1936. Foto Walter Reuter
Milicianos del batallón Octubre en la sierra de Guadarrama, diciembre de 1936. Foto Walter Reuter
Retrato de un leproso. Sanatorio de Fontilles, Alicante, otoño de 1937. Foto Walter Reuter
La fotógrafa Gerda Taro y el fotógrafo Luis Vidal, retratados por Walter
Reuter durante el Congreso de escritores para la defensa de la Cultura.
Valencia, 4-5 de julio de 1937.
El poeta Miguel Hernández a la salida del Congreso de Escritores para la
Defensa de la Cultura. Valencia, 4 de julio de 1937. Foto Walter Reuter