Introducción
Ernesto Guevara de la Serna se hizo famoso tras haber destacado como guerrillero y comandante durante la Revolución Cubana. Sus viajes por el bloque socialista son famosos, pero las escalas que hizo en Madrid (España) son menos conocidas. Esta es la historia de las breves estancias del Che en el país ibérico.
El Che en Madrid, 13-14 de junio
El Che llega a Madrid con motivo de una escala que tenía que hacer para continuar su viaje hasta el Egipto de Gamal Abdel Nasser. Allí en el Cairo, Fidel Castro le enviaba a una cumbre de países no alineados; esta gira por los países socialistas se alargaría durante tres meses. La madrugada del día 13 al 14 de junio, el Che llegó a Madrid. Al llegar a la capital española se había pactado que el revolucionario cubano podría salir a visitar la ciudad como mero turista, prohibiéndole que contactara con la oposición o realizara actos políticos. Aún así no deja de sorprender que la férrea dictadura franquista lo dejara caminar casi a sus anchas por las calles madrileñas.
Nada más llegar, el Che es recibido en el aeropuerto de Barajas por personal de la embajada cubana en España; además le acompañan como sequito personal el capitán Omar Fernández (escolta personal), el teniente José Mendoza Argudín (un joven de solo 16 años) y su secretario y hombre de confianza Pancho García Valls. La embajada cubana se puso en contacto con Antonio Olano, redactor del diario Pueblo, para que acompañara al Che en su visita por la ciudad castellana. Olano contactó a su vez con el fotógrafo César Lucas que trabajaba como reportero gráfico para la agencia Europa Press. La primera fotografía que se hizo del Che en España fue sujetando un ejemplar del diario Pueblo, una tradición que se hacía entonces para hacer creíble la estancia de un personaje en el país y también para que las personas supieran para qué periódico se estaba haciendo el reportaje.
La España que encontró Ernesto Guevara homenajea a Miguel Muñoz en el estadio Santiago Bernabéu, tiene a Federico Bahamontes en la vuelta a Suiza, derrota a Brasil por 3-2 en la copa Davis y está a punto de inaugurar el ansiado túnel de Guadarrama que atravesaría la sierra madrileña. También es curioso, que ese mismo año en abril se hubiera inaugurado el Valle de los Caídos y que a finales del mes siguiente (julio) se iban a firmar los distintos documentos que supondrían finalmente los famosos Planes de Estabilización, que sacarían años más tarde a España de la crisis en la que se había sumergido tras haber acabado la guerra civil. Asimismo en ese mismo mes de julio se fundaría en tierras vascas la famosa banda terrorista ETA.
El Che se aloja en el hotel en Plaza, pero esa noche-madrugada no duerme debido al cambio de hora, por lo tanto informa a Olano de que quería ver Madrid. El redactor de Pueblo le informa que se está celebrando la Feria Nacional del Campo (ubicada en Casa del Campo e inaugurada en 1950), en donde hay una serie de edificios representativos de diferentes partes de España. Antonio Olano, como gallego que era, llevó al Che a los puestos en donde se servía pulpo, lacón y un largo etc. “comimos de forma informal, pero quizá demasiado”, la jornada se alargó casi hasta el amanecer. Cuando acabó la visita, Ernesto volvió a su hotel hasta la mañana siguiente.
El día 14 de junio, fue un radiante domingo de verano. El Che quería visitar algunos sitios de Madrid antes de que saliera su vuelo a medio día; Olano y César Lucas le preguntaron si podían acompañarle para seguir con el reportaje y hacer fotografías, cosa que aceptó de buena gana. Lo primero que hizo la heterogénea comitiva fue visitar la Ciudad Universitaria, sobre todo el comandante estaba interesado en los edificios de farmacia y de medicina “quiso visitar la Ciudad Universitaria para ver la Facultad de Medicina, pues él era médico de formación” (C.L). Es aquí donde César Lucas hizo una de las fotografías más icónicas de la visita del guerrillero aquel junio de 1959. “Con la luz de la primera hora, Ernesto Guevara de la Serna, 31 años, aparece en un cruce de calles. Uniforme verde olivo y botas militares. En dirección contraria al letrero para los peatones. De gesto marcial con la mano agarrada al cinturón, la otra apretando un periódico. Detrás, al fondo, un autobús que se marcha hacia no se sabe dónde, y el franquista Arco de la Victoria, al que el Che da la espalda. Pocas imágenes condensan tanto la controvertida personalidad del retratado”[1].
Al salir de Ciudad Universitaria, Olano le dice al Che que si quiere ver una plaza de toros, el dice que “encantado”. Es entonces cuando van a la plaza de toros de Carabanchel, cerca del palacio de Vistalegre. La visita fue rápida y gracias a los contactos de Olano el argentino pudo bajar a la misma plaza. Después fueron directamente a Gran Vía, antes de llegar pasaron por el Palacio Real, y luego fueron a desayunar a la antigua cafetería California (situada entre Plaza España y Plaza de Callao) de estilo estadounidense. Allí estuvo charlando con la joven camarera, Carmen Muñoz Martín, que llevaba once años trabajando en el establecimiento. Carmen recuerda al Che como “un hombre atento, atractivo y en definitiva, muy cordial”. Tras salir de la cafetería (después de sacarse una foto con Carmen) pasearon por Gran Vía en donde algunos trabajadores que salían de trabajar (seguramente a almorzar) se acercaron para pedirle un autógrafo.
Lo cierto es que en España, el desconocimiento general sobre quién era el Che Guevara era grande. Las noticias sobre la guerrillas que había en Cuba años atrás habían llegado a España vagamente y principalmente se conocía el nombre de Fidel Castro. “En aquellos momentos mucha gente no conocía la cara de los revolucionarios cubanos, sólo sabían que eran barbudos, así que por la calle escuchabas a peatones decir “mira, esos deben ser los cubanos y el de la gorra debe ser Fidel Castro”, porque entonces pocos sabían quién era de verdad el Che Guevara” (C.S). En este momento, en Gran Vía, Guevara le dice a Antonio Olano que quería comprar una máquina de escribir y unos libros. Al ser domingo las tiendas estaban cerradas, pero el redactor de Pueblo consigue contactar con el dueño de Galerías Preciados (Pepín Fernández) para que abran los famosos almacenes y el guerrillero pueda comprar. Dentro de Galerías Preciados, el Che compra una máquina de escribir Hispano Olivetti y unos libros.
Después de las compras, reportero y redactor acompañan al comandante al aeropuerto para coger su vuelo al Cairo, aquí el fotógrafo español recuerda “al llegar al aeropuerto me preguntó si fumaba y al decirle “sí” sacó tres puros de su chaqueta. Me los regaló y yo me los fumé instantáneamente”. Antonio Olano y César Lucas fueron después (de despedir al Che) de esto interrogados por miembros de la policía y de la DGS (Dirección General de Seguridad) sobre que habían hecho en compañía del teórico comunista. Las respuestas que dieron fueron suficientes para los agentes del orden y el episodio fue cerrado. Lamentablemente el fabuloso reportaje que se iba a publicar en el diario Pueblo nunca salió a la luz debido a la censura franquista, solo un pequeña nota en una página avisaba al lector de que el Che había hecho una visita exprés a Madrid.
El Che en Madrid (II), del 2 al 8 de septiembre
Tres meses después de su primer paso por Madrid, Ernesto “Che” Guevara regresa a España[2] debido a problemas técnicos en su avión; lo que le obliga a que se tenga que quedar casi una semana en la capital española. En esta ocasión el revolucionario cubano se hospeda en el hotel Suecia (que han vuelto a reabrir recientemente). En esta estancia no hubo reportajes, por lo que, aunque estuvo más tiempo que la anterior, pasó más desapercibido.
Esta vez en Madrid, el Che aprovechó para visitar las numerosas librerías de libro viejo que existen en la capital y también fue a la Plaza Mayor, donde en la famosa tienda de sombreros La Favorita, compró muchas boinas, pues sabía que tenían un fama internacional por su calidad. También en el hotel fue visitado de nuevo por Antonio Olano. El Che le dijo que el reportaje había salido por todo el mundo, a lo que Olano le contó que en España no se había publicado porque se lo prohibieron. En los titulares internacionales que tenía el Che (los había recortado) se podía leer “los principales almacenes de Europa abren en domingo, fecha de cierre, para Ernesto Che Guevara”. En esta nueva estancia Guevara fue a una corrida de toros en la plaza madrileña de Las Ventas. La expectación fue máxima, no por la corrida, sino por el grupo de cubanos que estaban en el tendido con sus famosos uniformes verde olivo, sus barbas y sus puros.
También en esta segunda visita, el Che pudo visitar la Cuesta Moyano donde compró obras sobre todo de poetas; asimismo visitó el Museo del Prado, donde según los testimonios se quedó “embobado” admirando los cuadros de Velázquez y de Goya. Por último también pudo ver el famoso monasterio del Escorial. La comitiva cubana incluso se animó a salir fuera de la capital española, visitando las famosas ciudades de Toledo y Sevilla. Al Che le encantó la belleza de las catedrales, los monumentos y los edificios toledanos. Allí en Toledo, dos jóvenes mujeres se le acercaron para sacarse una foto con él, una foto mal enfocada, pero la única que existe del Che fuera de Madrid.
Aunque parezca mentira, el grupo de cubanos consiguieron convencer al comandante (este era reacio) a salir por las noches. Guevara avisaba de que podría haber agentes contrarrevolucionarios y antiguos funcionarios de la dictadura de Batista. Igualmente durante aquellas noches que salieron por la capital española disfrutaron de los bailes, costumbres, cantos y diversiones. Según relata Omar Fernández (guardaespaldas) el estar en España era como estar en la propia Cuba, pues el uso del mismo idioma facilitaba mucho las cosas y después de viajar por medio mundo usando intérpretes, pues el comunicarse en castellano era una delicia.
Tras esta segunda estancia en España, el comandante cubano llegó con sus acompañantes a la Habana el 8 de septiembre. No volvería a España nunca más, solo en octubre de 1966 llegó de nuevo a la capital vestido y disfrazado como Ramón Benítez (se había afeitado, llevaba dentadura postiza y gafas, e incluso se había hecho arrancar el pelo de la cabeza para fingir calvicie autentica). Identidad falsa para que las autoridades bolivianas le dejaran pasar al país donde pretendería realizar una nueva guerrilla, aunque esta vez la campaña le costaría la vida, pues menos de un año más tarde sería fusilado al ser capturado durante una escaramuza.
Epílogo< Ernesto “Che” Guevara en sus visitas a Madrid afirmó que la ciudad le gustó mucho, aunque lo cierto es que su estancia aquí pasó sin penas ni gloria debido a la censura del reportaje del diario Pueblo por el régimen franquista. Sin embargo, aunque hubiera una censura y control desmedidos no deja de sorprender que el pequeño séquito del Che se paseara por Madrid como “Pedro por su casa” y además se atrevieran a viajar más lejos de la capital. Pero lo cierto es que fueron vigilados constantemente y más cuando estuvieron en septiembre solos. Policías y agentes de la DGS les seguían los pasos allá donde iban. Los cubanos los sabían, porque además la actitud de estas autoridades de paisano no pasaba desapercibida. Igualmente el trato entre ambas partes fue cordial y no hubo problemas, todo lo hecho fue por “seguridad”.
En definitiva, muchas décadas después de estos hechos e incluso de la muerte del guerrillero, César Lucas en una exposición de 2003 reveló las 22 fotos que había sacado de la visita del argentino en junio de 1959, muchas de ellas inéditas hasta entonces. Por último, en Madrid, más específicamente en el municipio de Leganés se erigió en 2001 un busto de más de 200 kg en honor al Che (el busto está basado en la famosa foto de Korda).
Antonio D. Olano (redactor del diario Pueblo): “Si yo tuviera que definir en una sola palabra, vamos a poner dos y una más, un hombre bueno”.
César Lucas (reportero fotográfico de Europa Press): “No era muy hablador, sí buen observador, con preguntas interesantes. Tosía bastante, por lo bajo, pero con nosotros fue simpático y cordial”.
Fernández Monzón (servicios secretos franquistas): “No eran gentes cualesquiera, eran gente muy educada, muy culta y con sus uniformes militares, la verdad es que nos caían muy bien”
[1] VALLE-VIÑAS, Carlos: Che Guevara en Madrid en 1959, en https://madridafondo.blogspot.com.es/2013/11/che-guevara-en-madrid-en-1959.html
[2] Lo cierto es que el Che volvió a Sevilla el 28 de agosto, pero solo estuvo una hora en el aeropuerto hasta que su vuelo salió para Marruecos, por lo que no hubo tiempo para visitar nada.
Bibliografía:
– Lois Pérez Leira http://kaosenlared.net/ernesto-che-guevara-en-madrid/ [Consultado el 7 de noviembre].
– Isabelo Herreros http://anterior.eldigitalcastillalamancha.es/articulo_anterior.asp?idarticulo=el-ano-en-que-el-che-guevara-vino-a-toledo-la-cronica-de-isabelo-herreros-y-235963_Cultura%20y%20Sociedad [Consultado el 7 de noviembre].
– El País https://elpais.com/diario/2001/12/15/madrid/1008419056_850215.html [Consultado el 7 de noviembre].
– Elisa Silió https://elpais.com/diario/2003/08/05/revistaverano/1060034401_850215.html [Consultado el 7 de noviembre].
– Carlos Viñas-Valle https://madridafondo.blogspot.com.es/2013/11/che-guevara-en-madrid-en-1959.html [Consultado el 15 de octubre].
– Belén Rodrigo http://www.abc.es/espana/madrid/abci-sombrereria-madrid-donde-guevara-compro-mitica-boina-201611200131_noticia.html [Consultado el 15 de octubre].
– Alejandra Abad http://www.elperiodico.com/es/internacional/20071002/el-che-se-paseo-por-madrid-tres-veces-durante-el-regimen-franquista-5485836 [Consultado el 15 de octubre].
– Manu http://www.secretosdemadrid.es/fotos-antiguas-el-che-de-compras-en-preciados/ [Consultado el 15 de octubre].
– Cuéntame como paso…de verdad https://www.youtube.com/watch?v=4b8YCGbexyY [Consultado los días 15, 17, 18 de octubre y 6, 7 y 8 de noviembre]. Algunas partes de este vídeo se han transcrito en el artículo por ser muy interesantes.
Fuente: Archivos Historia
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