sábado, 9 de abril de 2016

"LA BATALLA DE MOSCÚ", DE YORI OZEROV. 2ª PARTE "TIFÓN"

Título original: Bitva za Moskvu
Año: 1985
Duración: 358 min.
País: Unión Soviética (URSS)
Director: Yuri Ozerov
Guión: Yuri Ozerov
Música: Aleksandra Pakhmutova
Fotografía: Igor Chernykh, Vladimir Gusev
Reparto: Yakov Tripolsky, Mikhail Ulyanov, Aleksandr Goloborodko, Bruno Frejndlikh, Nikolai Zasukhin, Anatoli Nikitin, Vladimir Troshin, Stepan Mikoyan
Productora: Deutsche Film (DEFA) / Filmové Studio Barrandov / Mosfilm

La historia comienza a finales de 1940. Tras la derrota de Francia, Hitler ordena a sus generales preparar la Operación Barbarroja, la invasión de la URSS por los ejércitos alemanes. En Moscú, Stalin prepara junto al Alto Mando los planes de defensa, a la vez que procura no provocar a los alemanes, pese a los repetidos avisos de los espías sovieticos Ilse Stobe y Richard Sorge de que el ataque es inminente. Para dirigir la defensa, Stalin asciende a uno de sus mas prometedores generales Georgy Zhukov (Mikhail Ulyanov), al cargo de jefe de Estado Mayor General del Ejército Rojo.

La Batalla de Moscú puede considerarse un hito dentro del cine bélico-histórico, ya que es hasta la fecha la única película dedicada exclusivamente a narrar el desarrollo del mayor hecho militar de la historia: La Operación Barbarroja. Sin duda, un ambicioso proyecto cinematográfico que salió adelante gracias al empeño personal del cineasta ruso Yuri Ozerov, un veterano condecorado del Ejercito Rojo, que quiso realizar la película para que su estreno coincidiera con los actos de conmemoración del 40º aniversario de la derrota de la Alemania Nazi y el fin de la II GM. Ozerov no era desde luego un novato en estas lides, ya que a finales de los años 60, había sido el realizador encargado de dirigir la extensa serie de películas bélicas Liberación, que abarcaban la lucha en el Frente oriental entre 1943 y 1945. Por ello, en cierto modo La Batalla de Moscú vino a ser una especie de precuela de Liberación, narrando en dos partes bien diferenciadas, los hechos acaecidos al inicio de la Operación Barbarroja, en el verano de 1941, y el posterior intento alemán de ocupar Moscú, mediante la Operación Tifón, en el Otoño de ese mismo año. También en este caso, al igual que en Liberación, Ozerov optó por filmar una película con un metraje muy dilatado, ya que sumando la duración de ambas partes, La Batalla de Moscú se acerca 6 horas de duración.

La primera parte del film, titulada “Agresion” muestra con bastante detalle la preparación de Barbarroja desde el punto de vista alemán, los planes de defensa rusos, puestos de manifiesto en la reunión de altos comandantes de Diciembre de 1940, y los inicios de la Operación Barbarroja. Pero eso sí, Ozerov aborda el relato de los hechos desde un punto de vista totalmente maniqueo, pues tras describir la heroica resistencia de la Fortaleza de Brest, y alguna breve escena de combate, el relato de Agresión termina con el contraataque de los cuerpos mecanizados sovieticos, obviando por completo las grandes victorias alemanas de Junio-Agosto de 1941, y se reanuda en Septiembre de 1941, justamente cuando Zhukov le anuncia a Stalin la victoria táctica local de Yelnia. De este modo, la película no solo omite mostrar la serie de catastróficas derrotas sufridas por el Ejército Rojo en el verano de 1941, sino que además, presenta a Stalin como un lider siempre acertado y seguro de sus decisiones, cuando lo cierto es que el dictador sovietico cometió muchos errores militares que a punto estuvieron de llevar a la URSS a la derrota. Seguramente, la vinculación de Ozerov al Partido Comunista tuvo mucho que ver en que se adoptara este enfoque.

Algo más interesante resulta la segunda parte del film, titulada Tifón, la cual abarca, como su nombre indica, la ofensiva alemana denominada en clave Operación Tifón, que tuvo como objetivo la captura de Moscú en el Otoño de 1941, y mediante la que los generales alemanes confiaban en forzar la derrota de la URRS. Si bien en esta parte se mantienen las mismas constantes que en Agresión, con un apabullante despliegue de medios militares y escenas de combate con cientos de extras, la historia, aun sin dejar de lado el tono patriotero, resulta más realista y fiel a los hechos históricos, pues aborda los momentos de crisis que vivieron Stalin y sus generales conforme las vanguardias alemanas se acercaban a la capital rusa. También describe con detalle los principales acontecimientos militares que rodearon la Operación Tifón, como la decisión de Hitler de rodear Moscú, el envío de las divisiones siberianas para reforzar las defensas de la ciudad, y la preparación de la contraofensiva de Zhukov de Diciembre de 1941. Naturalmente, el inicio de esta exitosa contraofensiva supone el punto culminante de la narración y el desenlace de la misma.

En cuanto al apartado técnico de la película, es bastante bueno, ya que se nota que la producción gozó del respaldo del ejército soviético, lo que permitió que el atrezzo militar estuviera bastante cuidado sobre todo en lo concerniente al Ejército Rojo. De este modo, en pantalla aparecen, junto a los inevitables carros rusos maquillados externamente para parecer Panzer III alemanes, auténticos tanques T-34, Kv-1 e incluso alguno de la serie BT, lo cual sirve para dotar de un gran grado de realismo a las escenas bélicas. Además, para recrear las escenas de combates urbanos, incluso se recurrió a la voladura de edificios situados en un barrio de Moscú que iba a ser demolido, por lo que ciertamente hay varias escenas muy de acción que resultan espectaculares en pantalla. Ello, y el interés histórico de los hechos que se narra compensa en gran medida el carácter excesivamente maniqueo de la narración, y que esta resulte por momentos demasiado acartonada por su carácter cercano al docudrama, si bien en líneas generales, la historia se sigue con interés.

En definitiva, La Batalla de Moscú es un título de indudable valor fílmico e histórico, a la vez que es el producto de un esfuerzo titánico por representar en la gran pantalla una de las mayores contiendas militares del S. XX. Solo por eso, y dejando de lado los aspectos más coyunturales y propagandísticos del film, ya merece la pena verse. Un film recomendable para todo el amante del cine bélico-histórico.

Fuente: La Segunda Guerra Mundial en el Cine




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