Noviembre de 1918.
Alfred Döblin.
Traducción de Carlos Fortea.
Volumen 1: Burgueses y soldados. 512 páginas. 32,50 €.
Volumen 2: El pueblo traicionado. 576 páginas. 37,50 €.
Volumen 3: El regreso de las tropas del frente. 640 páginas. 37,50 €.
Volumen 4: Karl y Rosa. 832 páginas. 39 €.
Edhasa.
Barcelona, 2011-2014
Noviembre de 1918 es una monumental novela de uno de los más
grandes escritores en lengua alemana del pasado siglo. Alfred Döblin,
bien conocido en España por haber sido editadas la mayoría de sus
novelas, entre ellas su obra maestra, Berlin Alexanderplatz
(Cátedra, 2002), nació en la actual Szczecin, Polonia, en 1878.
Pertenece al movimiento expresionista que tanto peso tuvo en las
vanguardias de principios del siglo XX, se exilió a Francia en 1933 a la
toma del poder por los nazis y posteriormente a Estados Unidos. En 1945
regresó a Alemania y completó los cuatro volúmenes de Noviembre de 1918,
obra que vio la luz en 1950. Esta es la primera vez que se traduce
completa y de manera fiable a nuestra lengua, gracias al esfuerzo
extraordinario del profesor Carlos Fortea.
La novela arranca en el fin de la guerra de 1914-1918, con el
Ejército alemán de retirada, y llega hasta los primeros días de enero de
1919, con el asesinato de Karl Liebknecht y Rosa Luxemburgo. Es una
novela histórica, pero es mucho más que una novela de género gracias a
la poderosa escritura de Döblin. El expresionismo fue un movimiento que
priorizó el subjetivismo del artista, esto es, la “expresión” contra la
representación objetivista, “impresionista” de la realidad, de manera
que destacaba sobre todo la seria crisis existencial del individuo al
tiempo que criticaba la alienación del industrialismo, la represión
moral y religiosa, y marcaba una tendencia a mostrar la realidad
interior y el análisis psicológico, pero también un compromiso social y
de denuncia apoyado en un lenguaje preciso, crudo que no desdeñaba una
visión siniestra de la vida capaz de llegar hasta el absurdo, como
sucediera con Franz Kafka.
Döblin, que pertenece a la tendencia más objetivista del
expresionismo, consiguió una síntesis extraordinaria entre el realismo
de corte balzaciano y una nueva forma de captar la realidad, que no
renunciaba a la experimentación. Influido sin duda por John Dos Passos,
concibió una forma de escritura narrativa en la que la simultaneidad, la
intertextualidad, la crónica y el cine, el collage incluso, rompía el
discurso lógico y cronológico en favor de una expresión nueva que
resultó decisiva en el desarrollo de la novela moderna. Con todo ello,
construyó esta historia de la revolución alemana inscrita en la
República de Weimar.
En la novela desfilan personajes reales y ficticios de todas las
facciones, pero también aparecen como personajes, por así decirlo, los
grupos sociales (socialdemócratas, independientes, militares,
espartaquistas), lo cual permite una integración novelesca de individuos
e historia realmente deslumbrante. Naturalmente, algunos individuos
sobresalen y llevan el hilo de la acción de manera simultánea con los
movimientos de grupo (proletarios, cuerpos de Ejército, gabinetes…).
Entre los primeros, aparte de los políticos o jefes militares y
policiales, destacan el teniente Becker —ejemplo claro del hombre
angustiado por su necesidad de comprender la realidad—, el dramaturgo
Stauffer, las mujeres —esposas o madres— que los acompañan, sus amigos y
compañeros y, especialmente en el último volumen, las figuras de Karl
Liebknecht y Rosa Luxemburgo, que alcanzan una dimensión trágica en la
doble visión de su interioridad y su conflictiva relación personal y
política realmente estremecedora.
Es particularmente admirable el modo en que consigue ir mostrando de
una manera literaria los movimientos que las diversas facciones en liza
van realizando, para tomar posiciones ante sus objetivos. Por ejemplo,
el modo en que los militares monárquicos esconden la derrota
convirtiéndola en un regreso triunfal de las tropas, la visión de la
moral de esas mismas tropas a través de la dura realidad que contradice
la intención del mando, el desconcierto de las masas sin líderes que las
dirijan y organicen, la interminable sucesión de reuniones pactistas
que abocan a la inacción a la República mientras los aliados discuten
las condiciones del armisticio, los conflictos personales de la gente
singularizada con sus respectivas historias personales y el modo en que
tratan de entender lo que les sucede y qué decisión o dirección tomar
cada uno, y cada uno definido con su propia personalidad, sus titubeos,
sus cambios, sus deseos, sus amores, sus culpas. Los hilos de esta
historia son tantos, tan variados, tan sugerentes y tan equilibrados que
sólo cabe calificar a esta obra de esfuerzo monumental.
Tal acumulación puede y debe resultar excesiva, pero no oscura ni
difícil de seguir. Hay partes —las ensoñaciones, delirios o
lucubraciones de algunos personajes, tan propias del expresionismo— que
resultan recargadas, pero no desdicen el valor de la obra, son las menos
y están llenas de intensidad dramática.
En definitiva, estamos ante un fresco histórico que llega encarrilado por el camino que abrió Flaubert en La educación sentimental,
donde por primera vez integró lo personal con lo histórico, lo público y
lo privado, dando lugar al nacimiento de la novela moderna. Y Noviembre de 1918 es un paso adelante y una obra ejemplar, en todos los sentidos.
Fuente: Babelia
DESCARGABLE EN PDF LAS PRIMERAS PÁGINAS DE "KARL Y ROSA": http://ep00.epimg.net/descargables/2014/06/27/6357a0a0d3f9832bdb6ffd15a8e837d6.pdf
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