sábado, 12 de abril de 2014

"LA BICICLETA VERDE", DE HAIFAA AL-MANSOUR

Título original: Wadjda
Año: 2012
Duración: 98 min.
País: Arabia Saudí
Director: Haifaa Al-Mansour
Guión: Haifaa Al-Mansour
Música: Max Richter
Fotografía: Lutz Reitemeier
Reparto: Reem Abdullah, Waad Mohammed, Abdullrahman Algohani, Sultan Al Assaf, Ahd Kamel

"LA BICICLETA VERDE", LA LIBERTAD EN DOS RUEDAS

Por Alfonso Blanco Samperio

La bicicleta es uno de los primeros objetos que representan la libertad en la vida de un niño. La sensación que se produce al rodar en ella crea una unión como ninguna otra entre el hombre y la máquina. El acto de subirse y pedalear se vuelve casi tan biológico como caminar. Ante tal comunión de los sentidos y la experiencia de andar en bicicleta asistimos al sueño de Wadjda: poder comprar un vehículo de dos ruedas para competir en una carrera con su amigo Abdullah. Todo esto ocurre en una sociedad que considera indigno (además de que está prohibido) que las mujeres puedan circular en bicicleta. En La bicicleta verde (originalmente Wadjda) el vehículo lleva a cuestas el grito ahogado de una nueva generación de mujeres que cada vez calla menos.

Wadjda (Waad Mohammed) es diferente a sus amigas y a todos los modelos femeninos que la rodean. Bien podría portar el estandarte de la nueva generación de mujeres musulmanas (quienes oyen rock, visten jeans y hacen películas). Casi a escondidas ve a su amigo Abdullah, quien la reta en carreras desiguales ya que él va “sobre ruedas”. Cuando llega a casa le expresa a su madre las intenciones de comprar una bicicleta verde que ha visto en la tienda, la respuesta es tajante: nunca se ha visto a una mujer en una actitud tan incorrecta.

En la escuela,Wadjda tiene constantemente problemas con las maestras, su rebeldía juvenil va en contra de todos los preceptos morales. Su madre dedica el día a trabajar para mantenerla y su tiempo libre lo pasa tratando de conquistar a su esposo, quien gracias a sus padres está en busca de una nueva mujer – una que pueda darle un varón porque la madre de Wadjda está imposibilitada –. Wadjda participa en un concurso escolar que consiste en memorizar partes del Corán como si de un examen de pronunciación se tratará. El premio es una suma de dinero más que suficiente para poder comprar la bicicleta. Ante tal posibilidad, Wadjda emprende la misión de practicar y ganar el concurso.

Las mujeres no pueden ser vistas sin el velo por los hombres; estos, por su parte, ven pasar nuevas prospectas para esposa, esas y otras prohibiciones, que a los ojos de la sociedad occidental pueden desatar los peores comentarios, se abordan en la película. La directora acertó a la hora de entablar el diálogo ya mencionado; lo hizo sin ofender y resaltó aspectos de su cultura que siempre serán recordados. No es justo criticar y despojar a las mujeres musulmanas de su identidad, porque si bien cada vez pugnan más por su inclusión, no reniegan de su cultura, que es una de las más ricas en el mundo.

Haifaa Al-Mansour se convirtió en la primera directora saudí árabe en la historia de su país, en el que no existe la industria cinematográfica y las salas de cine están totalmente prohibidas. Es posible que sean estos últimos factores lo que superan en sí a la película. Se está ante un acto revolucionario en una cultura que parece tan lejana de la concepción de vida occidental. Como a Wadjda todos le decían que no debía andar en bici, es posible que a la directora todo un mundo de tradiciones la atara. Pero al final, la libertad, esa concepción de valor único en la humanidad, se termina por imponer.

No es simplemente el hecho de andar en bicicleta lo que Haifaa Al-Mansour quiere mostrar, mas bien ocupa el objeto de libertad y toda la experiencia que puede causar andar en bicicleta para crear un diálogo sobre la situación de las mujeres en su cultura. Como en El ladrón de bicicletas, la narrativa se sostiene de un objeto tan común en la vida cotidiana. Pero al ser dueño de esa cotidianidad se hace presente de formas aleccionadoras para mostrar esta realidad. Ya que ni el cine, ni la bicicleta – como testigos de los cambios y las revoluciones de la sociedad- , pueden ser ajenos a la óptica creativa que propone unirlos como uno mismo. La bicicleta verde – como el vehículo mismo- es vida, inspiración y conocimiento convertido en revuelta social. Porque si bien el cine no está abocado a la función de protesta, más de una vez ha logrado despertar las conciencias del mundo.

Fuente: http://culturacolectiva.com

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