Enviado por "Krasnaya Linia". Traducción Josafat S. Comín.
Documental realizado por el canal "Krasnaya Linia" (creado por el PCFR), que nos acerca a la realidad de la pequeña Bielorrusia. Lo he dividido en dos partes de unos 13 minutos. En esta primera parte se centran en enseñarnos como Bielorrusia ha sabido mantener todo lo mejor del sistema educativo soviético. Un sistema que también incluía (y sigue incluyendo en Bielorrusia) la educación en valores patrióticos, la preparación para la defensa de la patria, en el conocimiento, respeto y orgullo por los logros del pasado.
Bielorrusia, ese extraño país capitalista, que sigue manteniendo el mismo sistema educativo soviético, que sigue manteniendo-pese a la existencia de un importante sector privado- el control y la planificación estatal de la economía, que sigue permitiendo que la gente desconozca que es eso del desempleo, que sigue manteniendo una educación y sanidad públicas, gratuitas y universales de calidad, que ha sabido mantener y mejorar los logros sociales y las prestaciones que había en la URSS, que sigue facilitando el acceso a la vivienda, subsidiado.
Un extraño país, capitalista, sí, que no conoce la palabra deshaucio, donde la gente sigue teniendo confianza y seguridad en su futuro y el de sus hijos, donde las empresas se pelean por todos los cuadros técnicos que acaban sus estudios, donde no entienden de oligarquías, etc, etc.
Comprendo que a muchos les pueda chirriar, sobretodo en España, eso de la educación en valores patrios y en la defensa de la patria, el que te venga un militar a clase a enseñar como montar y desmontar un Kaláshnikov, eso de que el servicio militar siga siendo obligatorio. Nada que no existiera en la URSS. Lo que sí ha cambiado curiosamente es el hecho de que en los libros bielorrusos de historia, la imagen de la figura de Stalin es positiva...
Un país que perdió a una tercera parte de su población en la Gran Guerra Patria y en el que la memoria histórica es un deber sagrado.
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