jueves, 15 de agosto de 2013

MUY BUENA LA EXPOSICIÓN "MARTIN KIPPENBERGER: SEHR GUT - VERY GOOD" EN BERLIN

 
EL HAMBURGER BAHNHOF EXPONE 300 DE SUS TRABAJOS CON MOTIVO DEL QUE HUBIERA SIDO SU 60º CUMPLEAÑOS

Artista prolífico y rebelde, su obra es un reflejo de su vida: integra cultura underground, pop, punk o realismo socialista

El centro exhibe durante sus últimos días, en diversas dependencias de su sede, obras del artista en las que se hace evidente como vida y arte fueron en él indisociables: Kippenberger fue pintor, actor, escritor, músico, y también viajero, bailarín, enfant terrible y hombre encantador que asumió la producción de sus propios trabajos. El mismo se definió como exhibicionista y su obra fue uno de los campos esenciales donde se mostró a sí mismo y esa penetración de su personalidad en sus trabajos, en variados formatos, es uno de los ejes de estudio de la exhibición "Very good", que hasta el 18 de agosto le dedica Hamburger Bahnhof y que no pretende ser una retrospectiva sino una aproximación a la faceta privada y a la cara pública del creador, estrechamente relacionadas.

Aunque sólo residió durante tres años en el Berlín Occidental, entre 1978 y 1981, fue allí donde desarrolló los temas más importantes de su cosmos artístico. Afirmó que la ciudad necesitaba una mano de pintura y durante un tiempo fue copropietario del club punk SO36, también músico y actor, y diseñó una pasarela como antesala al estudio de Claudia Skoda en Kreuzberg compuesta por un collage de 1300 fotografías de moda.

También podremos ver la serie de pinturas al óleo Uno di voi, sin tedesco en Firenze (1976-1977); Lieber Maler, Male mir (1981), compuesta por imágenes de gran formato semejantes a póster fílmicos (imagen superior), y la instalación que bautizó como "White paintings" (1991), que rara vez se ha expuesto hasta ahora y que se compone de once lienzos blancos incrustados en la pared, con la que parecen fundirse.

En la exhibición ‘no retrospectiva’ se encuentran entre otros “Paris Bar” (lienzo de gran formato en el que aparece el cuadro original que cuelga de la pared del fondo del emblemático bar, que también pintó él –el cuadro dentro del cuadro-); las ranas crucificadas (autorretrato-escultura de técnica mixta que causó la indignación del papa, misiva mediante), sin obviar los guiños a Beuys. En los carteles expuestos, con frecuencia se reconocen autorreferencias, en cuyo diseño Kippenberger usaba símbolos o iconografía personal.

En un rincón topamos con la escultura tamaño natural “Martin, ab in die Ecke und schäm Dich” (Martin, a la esquina, debería darte vergüenza) (1989) creada en respuesta a un artículo publicado en una revista alemana de arte donde se le acusaba de ser un borracho cínico de política reprobable.

Fuentes: masdearte y A-Desk (Paco Arteaga)

Simpática Comunista, 1983

 
Con los mejores deseos del mundo - Yo no puedo ver una esvástica, 1984

 París Bar, 1993

 Jazz in Flammen, cartel diseñado por Martin Kippenberger para la exposición celebrada junto al artista Albert Oehlen en la galería Juana de Aizpuru de Madrid en 1989. El diseño utiliza de fondo el cartel de José Bardasano "Niños hoy, hombres del mañana", realizado para las Juventudes Socialistas Unificadas (JSU).

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