viernes, 13 de abril de 2012

SE CUMPLEN 82 AÑOS DE LA MUERTE DEL POETA SOVIÉTICO VLADIMIR MAYAKOVSKI


MONUMENTO A VLADIMIR MAYAKOVSKI EN MOSCÚ

Salió bien Mayakovski: enérgico, independiente, desafiante, innovador y tribuno. Muchos de quienes lo conocieron en vida reconocieron el parecido. Y la hermana del poeta, Liudmila Vladímirovna Mayakóvskaya, y Lilia Brik, quienes visitaron el taller del escultor una vez terminado el trabajo. Liudmila Mayakóvskaya lo miró y expresó: este es Volodia. No se puede imaginar otro, pues ese es como fue.

Vladimir Mayakovski (19-julio-1893 – 14-abril-1930) era un liceísta cuando su familia se trasladó a Moscú. Son numerosos los lugares de la capital que guardan un recuerdo del poeta. El joven ingresó en el Partido Social Demócrata Obrero de Rusia, y comenzó a escribir versos en la búsqueda de la expresividad para sus fogosos discursos revolucionarios. Mayakovski se sitúa entre las figuras titánicas del arte ruso, por la fuerza del talento y la amplitud de su actividad literaria. Su poesía es la crónica artística de nuestro país en la época de la Gran revolución de Octubre y de la edificación del socialismo. Mayakovski fue un verdadero cantor a Octubre, fue como la encarnación viva del nuevo tipo de poeta, del luchador activo por el futuro radiante del pueblo. Sus versos y poemas entraron «ponderable, hosca y patentemente» en la historia del siglo XX.

El monumento al poeta fue esculpido por Aleksandr Kibalnikov (1912 - 1987). El creador, al igual que sus héroes, era un ser resuelto, perseverante y tenaz. Aleksandr nació en una aldea y, según la tradición tendría que haberse dedicado al campo, pero siendo un adolescente de 15 años partió sorpresivamente a la ciudad, donde ingresó en el Colegio de Arte Industrial. Un concurso no menos serio tuvo que resistir el escultor por el derecho a esculpir a Mayakovski. Luego de presentar al público su boceto expresó: «Yo esculpí al poeta de conformidad con mi estado espiritual y la noción de la imagen».

Del escultor monumentalista Kibalnikov era también propio el arrebato revolucionario, la rebeldía, el apasionamiento, personificados en la potente figura del pedestal.

«¡Y yo
Como la primavera de la humanidad
Nacido
En los trabajos y el combate
Canto
A mi patria
A mi república!».


Son líneas de Mayakovski esculpidas en el pedestal, que el escultor podía plenamente suscribir como suyas. Estos sentimientos unían ambas generaciones: la juventud que venció en la revolución, y los vencedores de la II Guerra Mundial.

28 de julio de 1958. La ex Plaza del Triunfo, que desde el año 1935 hasta 1992 llevó el nombre de Mayakovski estaba colmada por los participantes en el mitin con motivo de la inauguración allí del monumento al poeta. El escultor perpetuó a Mayakovski en la pose típica de orador. La figura de bronce de 6 metros sobre una mole de pedestal de 85 toneladas de peso. Con la chaqueta abierta, el gesto desafiante, la mano tensa que aprieta una libreta de apuntes, el rostro volitivo y la mirada firme: da la impresión que en cualquier momento va a saltar para fundirse con la multitud.

El proceso de creación del monumento tomó cerca de una década. Aleksandr Pávlovich reconoció que quería prescindir del pedestal. Pero la imagen del poeta que camina por la plaza, que arrastra tras de sí al pueblo no fue aprobada. Por lo demás, el espíritu enérgico del heraldo de la revolución y el apasionamiento del luchador activista contagiaba de todas maneras. Eso se sintió también en el día de la inauguración del monumento.

...Fueron pronunciados discursos de autoridades oficiales del gobierno, delegaciones de trabajadores depositaron ofrendas florales al pie del monumento, los escolares hicieron un saludo de pionero a Vladimir Mayakovski, y comenzó la parte oficiosa. En aquel día los admiradores del poeta recitaron largo tiempo sus versos. Así fue como nació la tradición de las recitaciones de los años sesenta, y la plaza que rodea el monumento se convirtió en una suerte de Hyde Park. En las veladas poéticas ante el monumento se reunieron conocidos literatos, estudiantes, la juventud en general. Allí se armaban disputas políticas y filosóficas, se formaban círculos de intereses.

Yuri Olesha afirmaba: «En Moscú hay dos monumentos a Mayakovski: uno, la estatua, con respecto a la que él, es muy probable que reaccionaría con severidad. Y el otro, es la estación del Metro que lleva su nombre, ante la que él, un amante de lo industrial, sin duda que caería en el éxtasis».

*Yuri Olesha (1899 - 1960), conocido escritor, poeta, dramaturgo, satírico ruso soviético, contemporáneo de Vladimir Mayakovski.

Fuente: Portal Internacional de Moscú


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