martes, 10 de agosto de 2010

VUELVEN LAS PINTADAS SOBRE LOS GRAFITIS DEL MURO DE BERLÍN


El fragmento de Muro de Berlín que aún se conserva en la capital alemana vuelve a estar cubierto de garabatos, dedicatorias y simples mensajes de "yo estuve aquí", un año después de que se restauraran los murales realizados por artistas de todo el mundo para celebrar la reunificación de Alemania. La ‘East Side Gallery’ fue declarada Patrimonio Histórico-Artístico en 1992, pero las autoridades berlinesas son incapaces de mantener sus pinturas limpias de pintadas.

"El muro es algo muy importante, algo histórico, y con mi firma es como si formara parte de ello", explica Sandi Fresnes, una española que llegó a Berlín con otras estudiantes para pasar unas breves vacaciones. ‘Gijón-Berlín 2010’, reza el mensaje escrito por Sandi sobre la mayor exposición de Arte al aire libre que existe en el mundo, y que a ella le gusta “por su colorido”.

Pero no sólo la gente joven deja sus pintadas sobre el monumento. Turistas de todas las edades insertan cada día cientos de mensajes que van desde la reivindicación nacionalista hasta la declaración de amor. También hay dibujos, poemas y peticiones para que desaparezcan otros muros, en todos los idiomas y con las más diversas caligrafías.

Bajo las pintadas aún se adivinan las cien pinturas realizadas en 1990 por otros tantos artistas llegados de los cinco continentes, los mismos que regresaron en 2009 para restaurar sus trabajos. Eso le costó a la ciudad más de dos millones de euros, pero las restricciones presupuestarias han hecho que desaparezcan las patrullas encargadas de vigilar el muro, con lo que los vándalos modernos vuelven a campar a sus anchas.

Ninguno de ellos hace caso de las placas blancas que resumen la historia del monumento en alemán y en inglés, y advierten de la prohibición de dañar las pinturas que cubren los 1.300 metros de paramentos de hormigón que conforman la ‘East Side Gallery’.

La prensa berlinesa ha alertado ya del problema y son muy numerosos los intelectuales y artistas que alzan sus voces para que se restablezca la vigilancia en la zona. Entre tanto, sólo se mantienen relativamente limpios los murales pintados con colores oscuros, ya que los turistas buscan fondos blancos para que resalten sus propias pintadas. Ni siquiera se salva el famoso ‘beso de tornillo’ entre Leonid Breznev y Eric Honecker, verdadero icono de este monumento pintado por el artista ruso Dimitri Vrubell.

Fuente: Arteseleccion

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