jueves, 20 de agosto de 2009

HOMENAJE A GARCÍA LORCA EN EL 73 ANIVERSARIO DE SU FUSILAMIENTO


EL CRIMEN FUE EN GRANADA

Hoy es un día más, pero en Granada, para la memoria, no es un día como otro. Hace 73 años , un 18 de agosto, fue asesinado al alba, entre Víznar y Alfacar, Federico García Lorca. Como a tantos, y ese mismo día otros le acompañaron a la fosa común que entre Víznar y Alfacar les recibió tras caer abatidos por balas inmisiricordes, la vida le fue arrebatada injusta, ignominiosamente. Para recordarlo, al igual que en años pasados, nos reunimos ayer en el bello parque erigido en el lugar donde tanta sangre inocente fue derramada, celebrando un acto cargado de sentido, lleno de emociones densas y alumbrado por certeras palabras que, bajo las estrellas que vieron caer a Federico, convocaron a la memoria.

La atinada intervención de Fátima Gómez, alcaldesa de Alfacar, y el medido discurso de Antonio Martínez, presidente de la Diputación, sobre la "guerra incivil", dieron paso a la voz grave y expresiva de José Sacistán, quien recitó poemas con los que Rafael Alberti, Luis Cernuda y Antonio Machado cincelaron sobre páginas imborrables la herida abierta por la masacre en el alma colectiva y el recuerdo para siempre vivo del poeta asesinado:

El crimen fue en Granada
Se le vio, caminando entre fusiles,
por una calle larga
salir al campo frío,
aún con estrellas de la madrugada.
Mataron a Federico
cuando la luz asomaba.
El pelotón de verdugos
no osó mirarle la cara.
Todos cerraron los ojos;
rezaron: ¡ni Dios te salva!
Muerto cayó Federico
-sangre en la frente y plomo en las entrañas-
...que fue en Granada el crimen,
sabed -pobre Granada- en su Granada...

Estos versos machadianos, como antes los tan vibrantes de Alberti o los muy cálidos de Cernuda, resonaron impresionantes entre cipreses y olivos. La noche volvió a llorar, aunque la esperanza que sostiene el recuerdo quedó convocada por las canciones de los argentinos Carlos Andreoli y Osvaldo Jiménez, que cerraron el acto.

Hacer memoria de lo que no debe olvidarse nos dignifica y compartir el recuerdo de Federico nos fortalece a quienes amamos la poesía y hacemos nuestra la democracia. Podemos decir, pues, literalmente: la cita mereció la pena.

José Antonio Pérez Tapias. Filósofo.

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