“LOS AÑOS ROJOS DE BUÑUEL” PARTE DE LA CARTA QUE EL CINEASTA LE ENVÍA A BRETON EN 1932, DONDE LE COMUNICA SU ADHESIÓN AL PCE
A través del libro "Los años rojos de Buñuel" se narra la historia de su militancia en el Partido Comunista de España, de la que se sabe muy poco. Ahora, gracias a una investigación que saldrá a la luz en el 2009, se sabe que el cineasta tuvo una vida política activa en el Partido Comunista de España. A dos investigadores, un español y un inglés, les llevó varios años recabar información que echará luz sobre la época menos conocida del cineasta aragonés, sus años como miembro activo y clandestino del Partido Comunista español.
El libro será editado en mayo próximo por Alfaguara en España y en México. El reconocido investigador español, Román Gubern, y su colega inglés e investigador del surrealismo, Paul Hammond, parten de una carta de Buñuel a André Bretón, líder del movimiento surrealista, escrita en mayo de 1932, donde el cineasta le comunica que acaba de ingresar al Partido Comunista español. Antes, dijo Gubern “no se había investigado cuál era la actividad política, clandestina o pasional, de Buñuel”. Al ingresar en el Partido Comunista, Luis Buñuel ya había rodado su película cumbre, El perro andaluz (1929) y una más: La edad de oro (1930), es decir, ya era más que una promesa del cine español.
La militancia comunista de Buñuel se extendió hasta el final de la Guerra Civil en España, en abril de 1939 y luego inició un periplo por el mundo, viajes y planes frustrados, rodajes accidentados y terminó viviendo en México, donde filmó su gran película Los olvidados (1950).“Pero Buñuel (que ya vivía en México) nunca lo confesó, no quiso hablar mucho de eso, pero entre los documentos que tenemos se aclaran esos años”, dijo el español. “Son años incluso mediocres de Buñuel (como cineasta), pero que a cambio tuvo una vida activa política muy destacable” abundó el investigador.
CARTA DE BUÑUEL A BRETON EN LA QUE LE COMUNICA SU ADHESIÓN AL PARTIDO COMUNISTA Y ABANDONA EL SURREALISMO
París, 6 de mayo de 1932
A través del libro "Los años rojos de Buñuel" se narra la historia de su militancia en el Partido Comunista de España, de la que se sabe muy poco. Ahora, gracias a una investigación que saldrá a la luz en el 2009, se sabe que el cineasta tuvo una vida política activa en el Partido Comunista de España. A dos investigadores, un español y un inglés, les llevó varios años recabar información que echará luz sobre la época menos conocida del cineasta aragonés, sus años como miembro activo y clandestino del Partido Comunista español.
El libro será editado en mayo próximo por Alfaguara en España y en México. El reconocido investigador español, Román Gubern, y su colega inglés e investigador del surrealismo, Paul Hammond, parten de una carta de Buñuel a André Bretón, líder del movimiento surrealista, escrita en mayo de 1932, donde el cineasta le comunica que acaba de ingresar al Partido Comunista español. Antes, dijo Gubern “no se había investigado cuál era la actividad política, clandestina o pasional, de Buñuel”. Al ingresar en el Partido Comunista, Luis Buñuel ya había rodado su película cumbre, El perro andaluz (1929) y una más: La edad de oro (1930), es decir, ya era más que una promesa del cine español.
La militancia comunista de Buñuel se extendió hasta el final de la Guerra Civil en España, en abril de 1939 y luego inició un periplo por el mundo, viajes y planes frustrados, rodajes accidentados y terminó viviendo en México, donde filmó su gran película Los olvidados (1950).“Pero Buñuel (que ya vivía en México) nunca lo confesó, no quiso hablar mucho de eso, pero entre los documentos que tenemos se aclaran esos años”, dijo el español. “Son años incluso mediocres de Buñuel (como cineasta), pero que a cambio tuvo una vida activa política muy destacable” abundó el investigador.
CARTA DE BUÑUEL A BRETON EN LA QUE LE COMUNICA SU ADHESIÓN AL PARTIDO COMUNISTA Y ABANDONA EL SURREALISMO
París, 6 de mayo de 1932
Mi querido Breton: Yo no creo que a pesar de mi retraso aún no sea tiempo de, mediante esta carta, tomar posición ante el grupo surrealista y hacer frente a los últimos acontecimientos que han marcado una etapa particularmente grave en el futuro mismo del surrealismo.
Cuando hace algunos años yo quise unir mi actividad a la vuestra, yo veía -además de otras cualidades de orden puramente poético- que el gran consuelo moral, auténticamente subversivo representado por el surrealismo, se levantaba implacablemente contra la podredumbre intelectual de la burguesía de la que yo mismo procedía y contra la cual desde hacía tiempo me había rebelado. El solo hecho de haber unido mi propio devenir ideológico al del surrealismo ha podido conducirme algún tiempo después a adherirme al P.C.E., donde yo veo, tanto subjetiva como objetivamente, una prueba del valor revolucionario del surrealismo, que mi posición actual es la consecuencia obligada de nuestra colaboración de estos últimos años. Hace solamente algunos meses yo no creía en la posibilidad más que de una contradicción aparentemente violenta entre las disciplinas surrealista y comunista. Así pues, los últimos acontecimientos han demostrado que hoy estas dos actividades parecen ser incompatibles, y de una parte y de la otra. Usted comprenderá que sin mi reciente adhesión al P.C. -con todo lo que representa en el terreno ideológico y práctico- el problema no se plantearía y que yo continuaría trabajando con usted, pero en el estado actual de las cosas no tendría sentido cuestionarse para un comunista el dudar un instante entre elegir su partido y no importa qué otra actividad o disciplina. Yo no me creo muy dotado políticamente y sostengo que mis posibilidades serían más ventajosamente empleadas en el surrealismo pero me falta la convicción de que yo serviría mejor a la revolución entre ustedes que militando en el partido al cual, sin embargo, yo tengo [tachado] medios para ayudar.
El hecho de mi separación de su actividad no implica el abandono total de TODAS sus concepciones sino solamente de las que HOY se oponen a la aceptación del surrealismo por el P.C. y que, yo quiero creerlo así, son de orden formal y pasajero. Por ejemplo, poéticamente, no es cuestión que yo pueda tener otras concepciones que las suyas pensando que es imposible hoy mantener una concepción "cerrada" de la poesía por encima de la lucha de clases. Es en esta palabra "cerrada" en la que yo apoyo una posible discrepancia con usted. El mismo valor subversivo de la poesía fuera de este contenido de clase no podrá ser más que subjetivo sin que esta consideración me impida pensar que, desde el punto de vista emotivo y del amor, el poema "Union Libre" no sea para mí del todo más admirable. Yo no estoy llamado a resolver este difícil problema y entretanto yo me limito a admitir, al lado de la poesía tal como la entendéis o más bien tal y como yo la entiendo según el surrealismo, una forma de expresión menos pura que pueda servir para la propaganda y que llegue a incidir directamente en las masas. Es en este sentido que a mí me ha gustado siempre el poema "Front Rouge" o al menos su intención.
Antes de acabar esta carta, que he reducido lo justo para decir lo esencial, quiero expresaros igualmente mi desacuerdo total y profundo con los manifiestos y folletos que han seguido a "Misère de la Poésie", y muy especialmente con "Paillasse". Como yo he creído siempre, continúo creyendo en vuestra sinceridad de revolucionario pero esto no impide que, si yo tengo en cuenta las "circunstancias" que han precedido la acusación en L'Huma de vuestro folleto por Aragon, y del sentido "estricto y literal" de dicha acusación, yo no pueda unirme a nada que proceda del grupo surrealista, y que intentaría arruinar la actividad revolucionaria de Aragon cuyo "affaire" dista mucho de haber acabado.
Muy amistosamente suyo,
Buñuel
Publicada por primera vez en España por El Cultural.
Publicada por primera vez en España por El Cultural.
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