sábado, 20 de septiembre de 2008

ESPACIOS PARA LA POLÍTICA EN LA XI EXPOSICIÓN INTERNACIONAL DE ARQUITECTURA

LA BIENAL DE VENECIA REFLEXIONA SOBRE LA FUNCIÓN SOCIAL DE LA ARQUITECTURA

Las Recetas urbanas del español Santiago Cirugeda incluyen la toma de azoteas, la autoconstrucción y los módulos para que las personas se apropien de espacios urbanos. La visión del norteamericano Teddy Cruz evidencia los nuevos modos urbanos de reciclaje a la desesperada, que se generan en torno a la frontera más transitada del mundo: San Diego-Tijuana. Ambos forman parte de la exposición Arquitectura Experimental, del Pabellón de Italia de la Bienal de Arquitectura de Venecia.
Tanto allí como en algunos pabellones nacionales (Brasil, Dinamarca o México) y en las muestras individuales de Sandi Hilal o el estudio FAST, el mandato del comisario Aaron Betsky de trascender el edificio y pensar en modos de habitar el mundo ha dado de sí más que experimentos formales, reflexiones que evidencian que la arquitectura puede ser un espacio de acción.
La arquitectura en Venecia está ligada irreductiblemente a la política, por mucho que las obras y proyectos aquí expuestos estén generando un debate sobre su acercamiento a un arte contemporáneo que podría ponerlo en entredicho como disciplina generadora de soluciones sociales. Pero lo cierto es que, muchos de los participantes en la Bienal de Arquitectura parecen creer en la reflexión que hace Teddy Cruz en su instalación, From the global border to the border neighborhood: "Más que diseñadores de formas, los arquitectos son diseñadores de procesos políticos".

Sostenibilidad sin promotores
El lema propuesto por el comisario Aaron Betsky: Out there: Architecture beyond Buildings (Allí fuera: la arquitectura más allá de los edificios), aterriza, arrebatadamente experimental, en las manos del español Vicente Guallart, que propone el prototipo de un edificio de viviendas para jóvenes donde las piezas del mobiliario están conectadas a través de la Red para mejorar la eficiencia energética. Así recompone la palabra sostenible, que, según él, ha sido manoseada por instituciones y promotores inmobiliarios.
Muchas preguntas, a veces más que soluciones, van acosando al visitante en sus paseos entre el Giardini y el Arsenale veneciano. Es el caso de la propuesta estonia: una enorme tubería amarilla, que no accidentalmente se ha instalado entre los pabellones de Alemania y Rusia. El estudio Salto Ab quiere denunciar así la polémica construcción del gasoducto que Gazprom planea entre ambos países.
Pero en la propuesta vencedora con el León de Oro está lo mejor de ambos lados: la experimentación y las preguntas que ponen el dedo en lo social, la entrega de soluciones y la instalacionitis. Los arquitectos polacos se preguntan sobre las vidas posibles de edificios que han perdido la utilidad para la que fueron construidos. Para ello, han convertido el pabellón de Polonia en un hotel donde pasar la noche, dándole un uso adicional más allá de su mero uso para contener exposiciones. Una vez dentro, y mediante fotografías manipuladas, se preguntan: ¿Cuál será el uso de las librerías cuando los libros sean digitales? ¿Y el de un mega edificio de oficinas construido por Norman Foster una vez colapse el sistema económico?

En la imagen: Hotel Polonia. The Afterlife of buildings. Proyecto ganador con el León de Oro.
Fecha: Del 14 de septiembre al 23 de noviembre de 2008

Fuente: Público

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