EL ALCALDE DE MOSCÚ, YURI LUZHKOV, DISPUSO ACELERAR LA RESTAURACIÓN DE "EL OBRERO Y LA KOLJOSIANA".
La escultora Vera Mújina (1889-1953) creó el monumento "El Obrero y la Koljosiana" en 1937. Es la más conocida obra de la destacada artista que dejó a su muerte decenas de trabajos marcados de talento. Por ejemplo, el monumento a Piotr Chaikovski instalado a la entrada del Conservatorio de Moscú, pertenece también al cincel de Mújina.
"El Obrero y la Koljosiana" son dos gigantescas figuras de hombre y de mujer de casi 25 metros de altitud proyectadas hacia adelante. El hombre tiene en su brazo el martillo, símbolo de la clase obrera. Y en el brazo levantado de la mujer hay la hoz simbolizando al campesinado trabajador. La hoz y el martillo son uno de los atributos principales del comunismo soviético. La bandera oficial de la URSS, caída en el río del olvido, era una pancarta roja con el martillo y la hoz en el ángulo superior de izquierda.
"El Obrero y la Koljosiana", monumento de su época que plasmaba la idea del trabajo socialista y la unidad del pueblo trabajador, de manera natural lleva en sí indicios de la propaganda ideológica.
En 1937 se cumplía el 20° aniversario del Poder Soviético y aquel año en París se abría la Exposición Mundial, en la que la dirección soviética se preparaba para poner de manifiesto todas las ventajas del socialismo que se construía en el país. El grupo monumental "El Obrero y la Koljosiana" realizado especialmente con motivo de este evento, fue dispuesto coronando el edificio del pabellón soviético, como se observa en la imagen.
El monumento representa de por sí un armazón metálico revestido de finas hojas de acero. El monumento se construyó en cuatro meses: plazo inverosímil teniendo en cuenta la dimensión de la obra. La escultura fue desmontada en 65 piezas y trasladada a París en 28 vagones ferroviarios. Montado a la altura de 35 metros sobre el pabellón de la URSS, produjo verdadera sensación en la capital de Francia.
En 1937 se cumplía el 20° aniversario del Poder Soviético y aquel año en París se abría la Exposición Mundial, en la que la dirección soviética se preparaba para poner de manifiesto todas las ventajas del socialismo que se construía en el país. El grupo monumental "El Obrero y la Koljosiana" realizado especialmente con motivo de este evento, fue dispuesto coronando el edificio del pabellón soviético, como se observa en la imagen.
El monumento representa de por sí un armazón metálico revestido de finas hojas de acero. El monumento se construyó en cuatro meses: plazo inverosímil teniendo en cuenta la dimensión de la obra. La escultura fue desmontada en 65 piezas y trasladada a París en 28 vagones ferroviarios. Montado a la altura de 35 metros sobre el pabellón de la URSS, produjo verdadera sensación en la capital de Francia.
Tras su vuelta a Moscú, fue instalada frente al Centro Nacional de Exposiciónes. Fue desmontada en el año 2003 para someterse a una compleja restauración. Tras la decisión del alcalde de Moscú, la escultura volverá, por fin, a su lugar a comienzos de 2009.
tiene cojones la cosa
ResponderEliminarquien puede reivindicar el realismo sovietico a estas alturas?
Un alcalde nacionalista, que suspira por un Imperio perdido y un blog que va de rojo sin nada de seso
y que quede claro:
viva la lucha de clases! pero idioteces las minimas