Durante 1959 los pintores Santiago del Campo y Francisco Cortijo y sus respectivas esposas emprendieron el proyecto de decoración de la estación potabilizadora de El Cuartillo, situada entre Jerez de la Frontera y el pueblo de La Barca de la Florida, en Cádiz. La obra fue financiada por la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir aunque los bocetos fueron encargados a Santiago del Campo. Sin embargo, la obra se diseñó y ensambló en Sevilla y su colocación definitiva se llevó prácticamente a pie de obra.
Al parecer, la noción que orientó la realización de los mencionados bocetos fue la idea de Eugene Ionesco de que "la cultura es un líquido que se bebe en la propia mano". concepto que en la ejecución de la obra se transmuta en la consideración del agua como manantial de vida, originando la felicidad de los campos y la prosperidad de los pueblos.
Cada artista llevó a los azulejos la iconografía plasmada en los bocetos según su personal forma de entender el hecho pictórico y, en general, podemos distinguir dos tipos de paneles. Unos -los más- ocupan toda su superficie con motivos agrícolas, como tareas de recolección, la actividad laboriosa de los habitantes de los pueblos, la construcción por los hombres de las conducciones de agua, sobre un fondo de antiguo acueducto que alude a lo ancestral de la actividad, el papel de las mujeres como madres y su importancia de su labor como recolectoras del preciado líquido. Otros, en cambio, nos presentan a hombres y mujeres sobre un fondo con el mapa de la provincia de Cádiz en el que aparecen los pueblos que se benefician de la actividad vivificante de sus ríos y embalses.
Fuente: José Raya Téllez (Universidad de Sevilla)
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