Entierro de los restos mortales de Bela Bartók en el cementerio de Farkasrét (Budapest) el 7 de julio de 1988
"Concierto para orquesta, Sz. 116, BB 123", de Bela Bartók
Bartók no se comprometió nunca con ningún régimen fascista. Se opuso a Horthy, que integró a Hungría dentro de la esfera nazi. Cambió de editor cuando este se afilió al nazismo, se negó a que sus obras fueran tocadas en conciertos nazis y pidió que participaran en la exposición sobre la música llamada degenerada en Düsseldorf.
Al inicio de la Segunda Guerra Mundial, y con la situación política empeorando, Bartók fue tentado cada vez más a dejar Hungría. Compuso entonces "Contrastes" BB 116, para violín, clarinete y piano, uno de sus últimos éxitos. Primero envió sus manuscritos fuera del país, y tras el fallecimiento de su madre, se mudó a los Estados Unidos con Ditta en agosto de 1940. Péter Bartók se les unió en 1942 alistándose después en la Marina de los Estados Unidos.
Bartók estuvo profundamente afectado por el exilio. Nunca se sintió a gusto en los Estados Unidos, y encontró muy difícil escribir allí. Fue bien recibido en un principio. Rechazó un puesto de profesor de composición en la Curtis University pero aceptó ser investido doctor honoris causa por la universidad de Columbia, lo que le permitió seguir transcribiendo y clasificando gracias a una beca de investigación.
A pesar de ser renombrado como etno-musicólogo y pianista, no era bien conocido como compositor y había poco interés en su música. Tocaba en conciertos con su mujer Ditta, pero los conciertos fueron cada vez más escasos y la crítica era severa. La casa Baldwin recuperó uno de los dos pianos que le había prestado, por lo que ya no podía tocar a dúo con su mujer. Bartók era orgulloso e intransigente, y rechazó una vez más volver a dar clases aunque su situación económica fuera cada vez más apremiante. Se manifestaron al mismo tiempo los primeros síntomas de leucemia.
A principios de 1943 dio su último concierto como intérprete. Su estado de salud seguía degradándose, pero poco a poco los músicos norteamericanos intentaron ayudarle económicamente. Bartók se negaba a recibir limosnas, solo quería componer. Unos últimos encargos le hicieron entonces recobrar confianza: entre ellos el "Concierto para Orquesta" BB 123 compuesto entre 1942 y 1943, que le comisionó Serge Koussevitzki, el trabajo más popular de Bartók, que alivió su situación financiera. En su Intermezzo interrotto, el cuarto movimiento, nos da una visión de su amor por la patria. Según el compositor la serenata es brutalmente interrumpida por intervención de la violencia bruta, de los hombres con botas echándose sobre él y acabarán hasta rompiendo su instrumento.
A la liberación de Hungría, el país le ofreció ser diputado, puesto que
aceptó sabiendo que probablemente no podría asumirlo. El 26 de
septiembre de 1945, Béla Bartók murió en Nueva York de leucemia, a la
edad de 64 años.
En su testamento, Bartók declaró que no permitiría que se le pusiera su
nombre a una calle de Hungría ni una placa conmemorativa mientras
hubiera una calle o plaza con el nombre de Hitler o Mussolini. Enterrado
originalmente en Nueva York, el cuerpo de Bartók fue exhumado en la
década de 1980 después de que el gobierno comunista húngaro solicitara
su regreso a Hungría para un funeral de Estado, que tuvo lugar en julio de 1988.
Fuente: Historia de la Sinfonía
La estructura de la obra es concéntrica en cinco movimientos: los dos extremos son los más extensos y rápidos, el 2º y 4º tienen algo de scherzi y son bastante breves, y en el centro, como núcleo, el lento, una desgarradora Elegía. El primer tiempo se abre con una misteriosa introducción (Andante non troppo) a la que sigue un Allegro vivace en forma sonata. El 2º, titulado Giuoco delle coppie (Juego de las parejas), pues varios instrumentos aparecen de dos en dos (fagotes, luego oboes, clarinetes, etc.) está indicado Allegretto scherzando. Por cierto, Solti sostiene que el verdadero título de este movimiento es “Presentando le coppie”. Tras la Elegía (Andante non troppo), el Intermezzo interrotto (Intermedio interrumpido), cuarto movimiento, es el más singular, y quizá más original, de esta obra. Una melodía (Allegretto) de raíz folklórica es interrumpida bruscamente por un breve episodio central burlesco, paródico, en el que Bartók, con cierto aire de fox-trot, reproduce un tema del primer movimiento de la Séptima Sinfonía de Shostakovich, la “Leningrado”, al que sigue, en accelerando, el famoso tema del cuplé de Maxim en la opereta La viuda alegre de Franz Lehár, que provoca risas en los glissandi de los trombones y en la chillona intervención de las cuerdas agudas. El hijo de Bartók afirmaba que su padre, al citar el tema de la “Leningrado”, lo asociaba a la ascensión del nazismo, denunciando así la vulgaridad y la barbarie. El elaborado finale (Pesante – Presto), con una importante sección fugada, al que sigue una sección en piano que superpone varias ideas y que no parece decidir hacia dónde se encamina, acaba concretándose en una exultante coda.
Fuente: No es música todo lo que suena
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