Adelante, adelante
Marc Chagall
1918
Aguada
Museo Nacional de Arte Moderno de París
A finales de 1918, cuando era comisario de las artes en Vitebsk, Marc Chagall pintó Adelante, adelante, una tela que describió como un estudio para el aniversario de la Revolución de Octubre. En esa pintura, la revolución se evoca como una cinta que, a la manera de un arcoíris, se eleva en el cielo azul mientras una joven figura vestida con un atuendo tradicional ruso salta por encima de una aldea situada al pie de la tela. La revolución es un salto hacia el futuro. En su autobiografía, Chagall nos cuenta que Lenin había puesto Rusia de cabeza, tal como él mismo había dado vuelta sus cuadros. Muchas de las obras maestras que pintó entre 1918 y 1922, el periodo en que dirigió la Escuela de Artes del Pueblo de Vitebsk, están bajo el dominio de figuras flotantes (campesinos, rabinos, jóvenes amantes) que recuerdan a los luftmensch judíos, seres humanos aéreos. Veinte años después, Chagall realizó Revolución (1937), una obra en la que Lenin aparece como una especie de acróbata, cabeza abajo con el brazo extendido sobre una mesa, frente a un rabino renuente, en un paisaje de guerra civil y banderas rojas.
Adelante, adelante retrata de manera reveladora la revolución tal como la percibían sus actores: un salto hacia el futuro y una sensación de ingravidez. Esa sensación puede coexistir sin inconveniente alguno con las peores condiciones materiales (los estragos de la guerra, la falta de comida, la miseria) y surge de la profunda convicción, de que todo está cambiando, el viejo mundo llega a su fin y viene uno nuevo, por obra de una transformación desde abajo. La construcción de una nueva sociedad es difícil, una ambición titánica que exige enormes sacrificios y cuyo resultado aún es incierto, pero el presente tiene la forma que le da la excitante sensación de tener alas y pasar por encima de la ley de la gravedad, una sensación que afecta los cuerpos como un pulso eléctrico y les transmite energía. La revolución es también una experiencia corporal.
Fuente: Revolución (Enzo Traverso)
No hay comentarios:
Publicar un comentario