miércoles, 19 de abril de 2023

SINFONÍA Nº1 DE MIKIS THEODORAKIS, COMPUESTA EN PLENA GUERRA CIVIL GRIEGA

La “Sinfonía Nº 1" fue empezada en 1948 y terminada en 1953. El compositor nos habla sobre su sinfonía con las siguientes frases. En los esbozos de mi sinfonía articulé en primer lugar los sentimientos y los pensamientos que me preocupaban en aquella época y que buscaban urgentemente una solución. El sentimiento de protesta y de dolor de una juventud que me había conducido, por razones subjetivas más que objetivas, a una situación sin salida. Esto se intensificó con la dolorosa experiencia de la ocupación y sus consecuencias. 

Si en esta música, en las melodías, los ritmos y la coloración sonora se encuentra una chispa de esperanza, como agujeros en un muro, es solamente porque en una base sobre todo filosófica e ideológica, tenía fe en el hombre y en su porvenir, pero no estaba muy convencido que pudiera continuar su existencia biológica, aunque se acepten la alegría y la esperanza como factores biológicos.

En el primer movimiento de la sinfonía predomina el sentimiento de la revuelta. Mi expresión musical se había afirmado suficientemente para que pudiera enriquecer su esencia con elementos de otros lenguajes, sin que perdiera ni su profundidad ni su personalidad. Si durante este periodo de cambio absorbía todavía influencias extranjeras sin asimilarlas, era simplemente necesario, por un lado para aprender a conocer un crecimiento de nuevas posibilidades expresivas en música sin tener que repetirlas y por otro lado para asegurar la autenticidad de mi propia contribución. 

Es precisamente en esta sinfonía que la influencia de Dmitri Shostakovich no se puede negar. Es junto a Igor Stravinsky quién más me ha influido. En el primer movimiento he destruido el principio clásico de la forma sonata ensayando el desarrollo de una arquitectura nueva en correspondencia con el contenido de la obra. Utilizo cuatro en vez de los dos temas, pero se evidentemente que un análisis preciso revelaría las mismas raíces musicales de todos los temas. 

La armonía se forma esencialmente del contrapunto de las diferentes voces y de su concentración. De la misma forma la orquestación es densa y colorista. Tres de los cuatro temas son mis propias melodías y motivos de los cuales el único elemento griego es el origen del compositor. El cuarto tema, el único rayo de luz dentro de estas altas murallas sonoras, recuerda una canción de cuna, estando caracterizado por una estructura y un carácter griego. 

Del mismo modo son personales los temas que determinan el segundo movimiento y los del final, cuyos temas plañideros y elegíacos encuentran nuevas dimensiones y un nuevo carácter mediante sus ritmos rápidos y los acodes triunfantes. Notemos también la parada brusca del ritmo y la re obertura de profundidades abismales en medio del tercer movimiento, un símbolo para una última invocación a los muertos y un último canto para ellos. Luego se reemprende el ritmo inicial, de la misma manera que en las ruinas y en los combates de la guerra civil la vida continua. No existe final, siempre todo continua y solamente la obligación de terminar la obra artística en forma de bucle pone el acorde final.

El análisis temático y estructural de la sinfonía que se presenta a continuación, está basado en los textos escritos por nuestro colaborador Sergio Cánovas.

El primer movimiento, allegro, andante, allegro, está escrito de una manera cercana a la forma sonata. Se abre con un motivo cromático ascendente, lleno de tensión y disonancia. Sobre este motivo básico, la orquesta presenta un tema principal turbulento y angustiado. El tema se desarrolla brevemente, con un motivo marcial y también con un falso comienzo fugal. Un tema lírico de tipo oriental, es presentado por el oboe sobre el soporte de las cuerdas, que luego se vuelve a exponer en diferentes instrumentos de viento madera.

El desarrollo vuelve al impulso dramático del tema principal, combinado con exóticos motivos orientales del segundo. Después de un gran clímax, realzado por el tambor y la caja, el tema principal se recapitula. Después de un nuevo clímax, sigue mediante una sección tranquila interpretada por las maderas como solistas y el motivo marcial se presenta de nuevo. Finalmente, la música se agita con una serie de acordes muy disonantes. El tema oriental se recapitula con profundo lirismo y pasión, terminando el movimiento con calma.‎

El segundo movimiento, andante, piu mosso, andante, está escrito en forma ternaria con una introducción. Empieza con una introducción oscura y opresiva, mediante un diálogo entre el violín y el oboe. La orquesta presenta un tema principal de sabor exótico. Luego, el lirismo se desvanece a medida que se presenta una sección contrastante, con la introducción del piano, transformando la música en una marcha sombría. El cálido tema principal se recapitula extensamente con un solo de oboe, antes de terminar tranquilamente en un pedal de violín.‎

El tercer movimiento, allegro moderato, adagio, allegro, ‎está escrito en una forma muy libre dividido en tres grandes secciones. Se abre con un big bang, seguido por la introducción de un tema fuertemente voluntarioso y enérgico, con golpes del tambor. La música se acumula, culminando en un poderoso clímax. Luego viene una sección disonante y marcial, con efectos de la percusión y fanfarrias del metal. El tema principal se desarrolla, volviéndose más impetuoso y violento a medida que se vuelve más y más marcial. El desarrollo culmina con un clímax desordenado en fortissimo.

Luego, las maderas proceden a realizar varios solos. Un tema afligido pero majestuoso es presentado por la orquesta, elevándose en un gran clímax. Una llamada de la trompa inicia la recapitulación del tema principal y la sección contrastante. La música culmina en un nuevo clímax explosivo. Finalmente, la obra termina con una explosión disonante y marcial.

Como podemos observar, la sinfonía es muy dramática y de estilo marcial, estando en tono con los contextos históricos y personales del compositor en medio de una turbulenta Guerra Civil Griega. A veces, podemos apreciar la influencia de Shostakóvich y la música tradicional griega, hacia la que el compositor volvería, buscando sus raíces musicales después de su educación en París en la década de 1960. Theodorakis abandonaría el género de la Sinfonía durante mucho tiempo, no mostrando ningún interés en él hasta la Segunda Sinfonía de 1982, con un estilo y enfoque del género completamente diferente al de esta obra más bien ortodoxa. ‎

Fuente: Historia de la Sinfonía

 

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