Dirigida por Masaki Kobayashi, ‘La condición humana (Ningen no joken)’ constituye uno de los films antibelicistas más valientes de la historia. Esta trilogía ambientada en los últimos años de la segunda guerra mundial nos cuenta la historia de Kaji, un joven socialista japonés que quiere escapar de los horrores de la guerra a toda costa. Su desprecio por el conflicto bélico le impulsa incluso a rechazar a su novia, quien está dispuesta a casarse aunque él tenga que partir a la guerra. Kaji se niega pues no comprende qué sentido tiene contraer matrimonio si luego tendrá que abandonar a su mujer para ir al frente de batalla.
Finalmente acepta un puesto como supervisor laboral en Manchuria, una de las colonias japonesas en China, en un acuerdo con el estado que le promete mantenerlo alejado de la guerra si aumenta la producción de las minas de carbón. Se casa y se muda allí. Desde su llegada al territorio chino se opone a la explotación de los trabajadores y aboga por una humanización del sistema laboral.
Pronto se ve inmerso en una red de intereses y poderes que ve en sus ideas una fórmula para aumentar la producción de las minas de carbón, pero que no comulga con sus ideales pacifistas. Las diversas luchas intestinas le conducen a doblegar sus propios principios y a ser cómplice del maltrato, la vejación y el asesinato. Sin quererlo tiene que hacer la vista gorda ante muchos acontecimientos que atentan contra la dignidad humana, transfigurando su personalidad y endureciendo su carácter, dejando atrás al joven e inocente socialista que fue un día.
Esta primera entrega del film, ‘No hay amor más grande‘, va perfilando tangencialmente los horrores de la guerra, de forma tal que ésta se convierte en una atmósfera capaz de sacar a la luz lo peor del ser humano.
Fuente: el cine en la sombra
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