sábado, 29 de agosto de 2020

"MADE IN L.A.", DOCUMENTAL DE ALMUDENA CARRACEDO QUE REFLEJA LA EXPLOTACIÓN DE INMIGRANTES EN EE.UU.

Título: Made in L.A.
Directora: Almudena Carracedo
Guión: Robert Bahar, Almudena Carracedo
País: EE.UU.
Año: 2007

Sinopsis de la Película


Lupe Hernández

Lupe Hernández, un torbellino de mujer de sólo cinco pies de estatura, ha luchado para sobrevivir desde muy temprana edad. A los 17 años se marchó de la Ciudad de México y lleva 15 años trabajando en la industria de la costura en Los Ángeles. Maura Colorado optó para dejar a sus tres hijos con sus abuelos para buscar un trabajo en Los Ángeles y mantenerlos. Durante los 18 años en Norteamérica, encontró que el trabajando por un salario bajo traía consigo un precio muy alto: condiciones miserables y un estatus de "indocumentada" que le impediría ver a sus hijos. María Pineda llegó a California desde México a la edad de 18 años con la esperanza de una vida mejor y con un esposo también joven. Tras 23 años, las condiciones de trabajo deplorables, un salario de miseria y el abuso doméstico la han encausado en la lucha por el futuro de sus hijos y por su propia dignidad.

Maura Colorado

Lupe, María y Maura, junto con otros trabajadores inmigrantes, tal como se muestra en el nuevo y conmovedor documental en POV Made in L.A., se juntaron en el 2001 en el Centro de Trabajadores de Costura en Los Ángeles para reclamar sus derechos laborales. Contra todo pronóstico, estos trabajadores aparentemente indefensos lanzaron un reto público contra una de las tiendas de ropa más importantes de la ciudad, en una llamada de atención sobre la cara oscura del trabajo de salarios bajos al norte de la frontera. El boicot contra la reconocida cadena de tiendas Forever 21, liderado por ellas junto a otros trabajadores, no sólo evoca una era anterior en la lucha por los derechos de los inmigrantes, sino que revela las fallas sociales de la nueva globalización. Para Lupe, Maura y María, la larga campaña para conseguir que la compañía pague salarios justos y que acepte responsabilidad por las condiciones de trabajo en su "patio trasero" se convirtió un camino de no retorno desde su condición de victimas a su empoderamiento.

María Pineda

Bienvenidos a Los Ángeles: el puerto de entrada actual para los inmigrantes, muchos de los cuales vienen a Estados Unidos en una búsqueda desesperada de trabajo, bien para mandar dinero a su país, bien para traer a otros familiares, o simplemente para tratar de construir una vida mejor para ellos y para sus hijos. Sin conocimiento del inglés, y a menudo sin papeles, encuentran trabajo como temporeros en industrias como la agricultura, construcción, restaurantes o servicios de limpieza. Pero ademés de estos trabajos más reconocibles, muchos acaban trabajando en las fábricas de costura de Los Ángeles. En un salto en el tiempo a un siglo anterior, muchas de estas fábricas son en realidad modernos talleres de explotación, donde los trabajadores de costura -- principalmente mujeres Latinas o Asiáticas -- trabajan jornadas de 10 a 14 horas diarias en fábricas cerradas con llave y mal ventiladas, por salarios muy por debajo del mínimo en California. No sólo deben aguantar violaciones como la prohibición corriente de ir al ba&ntildeo o de comer, sino que además deben pelear por horas extras y salarios no pagados.

Mientras los trabajos de fabricación y manufacturización en EEUU se envían a países de sueldos bajos (México, China e Indonesia), los trabajadores pobres siguen arriesgando su vida para venir a este país a realizarlos. Y como las tiendas de moda están a un paso de ellos, pueden ver como la ropa que cosen por centavos se vende a precios muy elevados.

Como muchas otras industrias que explotan la mano de obra inmigrante, la industria multinacional de la costura en Los Ángeles utiliza una red de contratistas y subcontratistas para fabricar su ropa, protegiéndose así de la problemática derivada de los bajos salarios de los trabajadores y de las malas condiciones de trabajo. Made in L.A. expone un sistema que hace que las leyes laborales sean prácticamente imposibles de aplicarse, y que mantiene a los trabajadores atrapados entre los contratistas y la aplicación de la ley, mientras las tiendas y su clientela desconocen el costo humano detrás de la moda. Pero Made in L.A. es, aún más, la historia de las extraordinarias protestas organizadas por los trabajadores del Centro, y las reveladoras historias de tres mujeres unidas por una lucha en común.

¿Cómo unos inmigrantes pobres, indocumentados, vulnerables a la perdida del empleo y a la deportación, van a enfrentarse al status quo? María mantiene a sus hijos con poca ayuda de su esposo alcohólico, pero sus circunstancias suponen un reto constante a su resignación. Maura sufre profundamente por los 18 años en que no ha podido ver a sus hijos o traerlos sanos y salvos a EEUU, y tiene miedo de una deportación que les dejaría a ellos sin sustento económico. Lupe, quien no pudo terminar su bachillerato en México antes de venir al norte, ahora lamenta "sólo saber" trabajar en la costura. Pero es vivaz y está preparada para el cambio, y rápidamente aprende más y más mientras ayuda a otros en la lucha por los derechos laborales.


Bajo el auspicio del Centro de Trabajadores de Costura (un grupo de apoyo encabezado, en muchos casos, por hijas de inmigrantes asiáticos) estas tres mujeres y otros trabajadores deciden primero hacer una aproximación sincera y franca a la compañía de ropa. Tienen la esperanza de que la empresa, con su particular dependencia de la mano de obra inmigrante en Los Ángeles (sin olvidar que los mismos dueños son inmigrantes) negociará con los trabajadores y sus abogados del Asian Pacific American Legal Center. Pero cuando este intento fracasa, los trabajadores les lanzan un ataque doble: demandando a la empresa por horas extra y salarios no pagados por los subcontratistas de la compañía y al mismo tiempo, organizan protestas y boicots en las tiendas de ropa de la cadena y enfrente de la casa del presidente de Forever 21, Do Won Chang.

Vista a través de los ojos de María, Maura, y Lupe, la lucha de los trabajadores por una justicia económica básica y por su dignidad personal está llena de decepciones y peligros, pero también de esperanza y crecimiento. La compañía gana tiempo mientras la demanda avanza poco a poco a través del sistema legal. La campaña se prolonga a través de tres largos años, y parece como si la compañía estuviera tratando de desgastar a los trabajadores...con éxito. Las reuniones en el Centro de Trabajadores de Costura se hacen cada vez mas beligerantes, y varios trabajadores abandonan la campaña. María deja de venir al Centro, y Lupe se frustra, desencantada.

Meses después, la historia toma otro rumbo cuando la demanda legal de los trabajadores es finalmente aceptada. La campaña de boicot es una odisea para todos los involucrados, y las tres mujeres encuentran la fuerza y los recursos para continuar su lucha. Este proceso produce un impacto en cada una de estas mujeres, las cuales experimentan una trasformación personal: la tímida María toma decisiones cruciales en su vida que no podría ni haber imaginado hace tres años; y Maura, quien sólo podía ver a sus hijos en una desgastada cinta de video de 1987, lucha por sus derechos y trata de reunirse con sus hijos, ya mayores. Lupe se convierte en portavoz del Centro de Trabajadores de Costura y apenas se lo puede creer cuando finalmente es contratada como organizadora, viajando como representante del Centro a sitios tan remotos para ella como Nueva York o Hong Kong. Cuando visita a Ellis Island en Nueva York, y el Lower East Side Tenement Museum y se percata de que la lucha que esta llevando a cabo es antigua y repetida en los EEUU. También aprende sobre la lucha de los inmigrantes judíos y europeos en este país en otras épocas, trágicamente movilizados por el funesto fuego en la fábrica Triangle Shirtwaist en 1911. "...es como hoy", exclama Lupe.

Conmovedora, simpática y profundamente humana, Made in L.A. es una historia sobre la inmigración, el poder de la unidad, y el valor que se necesita para encontrar tu propia voz. "Como muchos inmigrantes recientes, vine a este país desde España pensando que iba a estar aquí un rato", dice Carracedo, directora del filme. "Como muchos inmigrantes recientes, acabé quedándome". "Cuando empezamos esta película, no esperábamos que la campaña de los trabajadores iba a durar tres años, y que la historia iba a tomar un rumbo más profundo y personal", continúa. "Luchar hace cambiar a la gente, y fue fascinante observar la progresión de cada mujer en su autoestima y dignidad propia. Fue entonces cuando estuvo bastante claro para nosotros que ésta era la historia que teníamos contar, y que la lucha de estas mujeres no sólo tenía valor en sí misma, sino servía como catalizador para que cada una de ellas a su manera, se levantara y dijera 'Existo. Y tengo derechos' ".

Fuente: POV

VER DOCUMENTAL CON SUBTITULOS EN CASTELLANO:

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