martes, 17 de julio de 2018

NOWA HUTA, EL SUEÑO COMUNISTA EN LAS AFUERAS DE CRACOVIA



¿Esconder el pasado o sentirse orgulloso de él? Ésa es una pregunta a la que se enfrentan muchas ciudades de Europa del Este. Los años de control soviético no suelen traer muy buen recuerdo a sus ciudadanos y los símbolos que aquella dominación dejó en sus calles son motivo de debate. Nosotros, cuando decidimos qué ver en Cracovia, no quisimos dejar de conocer ese legado, completamente vivo, en el barrio de Nowa Huta. Un barrio creado desde cero en época comunista. El “sueño soviético” que ha quedado casi intacto.



Más allá del recuerdo de una época pasada y la curiosidad por conocerla en primera persona, Nowa Huta es un destino a visitar por su arquitectura comunista, su plano urbanístico, su acería, su iglesia…

Nowa Huta, la ciudad de la nueva acería

Después de acabar la Segunda Guerra Mundial, el régimen soviético no estaba “contento” con la ciudad de Cracovia. Una ciudad donde se reunían muchos artistas, donde se encontraba un castillo real, donde los habitantes tenían un fuerte sentimiento religioso… todo lo que iba en contra de la ideología del partido. ¿Cómo “controlar” eso?

Polonia Cracovia Nowa Huta Piso Cartilla Carnet

La idea fue construir, en sus afueras, una gigantesca fábrica, en concreto una acería, y una nueva ciudad “totalmente soviética” a su alrededor. Si estás pensando si lo de la acería no sería “sólo” por molestar… la respuesta breve es sí. Cerca de los terrenos donde se levantó Nowa Huta –que literalmente significa “la nueva acería”– no se encontraban las materias primas necesarias para la fabricación del acero. De hecho, no había nada –excepto Cracovia a unos 8 kilómetros–.

¿Quién mejor para construirlas que sus propios habitantes y trabajadores? Desde 1949 hasta 1959, miles de trabajadores, acompañados de sus familias, llegaron a Nowa Huta desde toda Polonia para levantarlas, a cambio de uno de sus pisos y del trabajo en la acería.

El “sueño comunista”, al menos, de su arquitectura

Nowa Huta, el “sueño comunista”, se diseñó para acoger a más de cien mil habitantes. Amplias avenidas, grandes plazas, arquitectura comunista funcional… Según nos lo explicaba nuestra guía, casi nos daban ganas de vivir allí. Más aún cuando ella nos contó, emocionada, que acababa de conseguir un piso en alquiler en el barrio, muy de moda hoy en día. La que fue ciudad independiente pasó a ser un barrio de Cracovia a principios de los años 50.

Polonia Cracovia Nowa Huta Manzana Edificios

¿Funcionó como herramienta de control? No. Nowa Huta fue uno de los lugares en los que más levantamientos, huelgas y reivindicaciones sufrió el gobierno comunista polaco. Y eso que los pisos altos de las avenidas estaban ocupados por policías y vigilantes, que las avenidas se utilizaban para los desfiles del partido y que, para la época, Nowa Huta era una de las ciudades más avanzadas de Europa. En los años 50 del siglo XX, había calefacción central y aparcamientos subterráneos. Por no mencionar el tamaño de los pisos, muy grandes para ese entonces, y sus comodidades, agua corriente, cocina de gas, etc.

El primer problema que encontraron sus habitantes era que, en esa mano de cinco avenidas alrededor de la plaza central, había de todo, excepto una iglesia… La religiosidad del pueblo polaco no debía ser subestimada.

Qué ver en Nowa Huta, lugares de interés

No sólo la historia y lo que supone. Como decía, Nowa Huta es un auténtico museo de arquitectura comunista. Edificios funcionales y perfectamente simétricos en amplias avenidas, organizados en pequeñas unidades alrededor de un parque central. El “miedo” a una invasión de Estados Unidos durante la Guerra Fría aconsejaba este diseño para poder bloquear los accesos a las casas fácilmente y defenderse del enemigo.

Polonia Cracovia Nowa Huta Trabant Edificio

Hoy en día es posible encontrarse con un supermercado Tesco, en el antiguo cine Świt, junto a un tanque soviético, frente al Museo Bélico; con un Audi junto a un Trabant; con una cafetería de diseño junto a un bar de leche… Los cambios no esperan a nadie.

El centro de la ciudad estaba ocupada por una plaza, la Plac Centralny, plaza Central, hoy plaza de Ronald Reagan, ¿qué diría Stalin si supiera que la plaza central del “sueño comunista” está dedicada a un presidente estadounidense? Desde allí salen cinco grandes avenidas, los dedos de la mano, y llegan los tranvías desde Cracovia.

Polonia Cracovia Nowa Huta Plaza Ronald Reagan

Las avenidas también han cambiado de nombre: la nueva Juan Pablo II era la Plan sześcioletni –el plan de ayuda ruso equivalente al Plan Marshall americano tras la Segunda Guerra Mundial–. ¡Un presidente americano y un Papa, la pesadilla del comunismo! Otras avenidas de Nowa Huta eran la avenida de la revolución cubana, de la revolución de octubre, de la amistad entre polacos y soviéticos…

La avenida de las Rosas y la estatua de Lenin

La avenida de las Rosas, Aleja Róż, era el centro de las celebraciones comunistas: con su trazado peatonal y sus edificios simétricos era el escenario perfecto para demostrar el poder del partido. Tanto es así que, en 1973, se colocó ahí una gigantesca estatua de Lenin de siete toneladas. Miraba hacia los montes Tatras, donde vivió, y estaba en actitud de marcha.
Polonia Cracovia Nowa Huta Avenida Rosas

Como en el resto de la ciudad, el partido no consiguió su objetivo de control y fueron varios los ataques con explosivos que intentaron derribarla, aunque sin éxito. La estatua fue retirada el 10 de diciembre de 1989. Primero fue abandonada en un bosque cercano, pero la cantidad de polacos que se acercaban hasta allí para mirarla y tirarle de todo hizo que fuera necesario buscarle otra ubicación. La solución llegó de la mano de un millonario sueco que la compró y la colocó en su “parque de atracciones” privado cerca de Estocolmo.
Polonia Cracovia Nowa Huta Estatua Lenin

Puedes ver una réplica de la estatua en miniatura en el restaurante Stylowa en la misma avenida de las Rosas.

La acería de Nowa Huta: el núcleo del sueño comunista de Cracovia

Desde la plaza central hacia el este, hacia la salida del sol, partía la avenida Lenin camino de la razón de ser de la ciudad: la acería de Nowa Huta. La avenida es otra de las que ha cambiado de nombre y hoy se llama Solidaridad, por el sindicato y, más tarde, partido político Solidarność.

Polonia Cracovia Nowa Huta Cartel Historico

La acería sigue en funcionamiento, aunque hay muchas partes abandonadas, y es propiedad de la multinacional ArcelorMittal. Eso sí, han tenido el detalle de no cambiar el cartel de la entrada.

Según nos contó nuestra guía, la fábrica, vista desde el aire, tendría forma de dedo. Un gesto “poco simpático” dedicado a los satélites espías norteamericanos durante la Guerra Fría. También nos asombró con el hecho de que en el interior de la acería hubiera 200 km de carreteras y 300 km de vías de tren.

Polonia Cracovia Nowa Huta Aceria Edificio

La iglesia del Arca del Señor: la maravilla arquitectónica que por sí sola merece una visita a Nowa Huta

Acabamos la visita en uno de los puntos claves de Nowa Huta. Uno de los lugares por los que empezó la lucha contra el comunismo: la primera iglesia del barrio. Se trata de la iglesia de la Madre de Dios Reina de Polonia, llamada también iglesia del Arca del Señor por su forma tan característica.

Polonia Cracovia Nowa Huta Iglesia Arca

En 1967, seis años antes de que la estatua de Lenin se alzara en la avenida de las Rosas, se comenzó a construir esta iglesia. Evidentemente, no recibió ninguna ayuda por parte del gobierno ni para los materiales ni para las obras. Los materiales se consiguieron a partir de donaciones desde todo el país –el exterior está cubierto por millones de cantos rodados entregados por los polacos– y los obreros trabajaban después de sus jornadas oficiales. Diez años después del inicio de las obras, en 1977, el entonces cardenal Karol Wojtyła consagró el templo.

Polonia Cracovia Nowa Huta Iglesia Nuestra Senora Reina

Más allá de la importancia histórica, no hay que perderse el interior de la iglesia diseñada por Wojciech Pietrzyk, a imitación de la capilla Ronchamp de Le Corbusier. El partido había permitido la construcción pero no podía tener el aspecto de una iglesia al uso. La forma de arca, la cruz en el exterior hace las veces de palo mayor, convierte al cura en el capitán de la nave que cruza el mar Rojo –atento a la simbología–. Cristaleras, espacios abiertos y una más que llamativa estatua de Cristo Crucificado –los tubos que atraviesan sus manos y pies son rojos por dentro–.

Fuente: Salta conmigo (https://saltaconmigo.com/blog/2017/11/que-ver-en-nowa-huta-cracovia/)

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