Miguel Ángel Peña Muñoz
Atrapasueños
TIEMPO DE REVOLUCIÓN. EL TRIENIO BLOCHEVIQUE EN ESPAÑA
Los campesinos y los artesanos de oficio protagonizaron durante tres años un periodo de movilización.
La historia no es tan rígida y tan homogénea como a veces se presenta. De haber sido así estaría hablando de entes monolíticos que poco tendrían que ver con la realidad. La historia es porosa, llena de recovecos y de lecturas, conformadas por multitud de personajes y movimientos de frontera. Además está interconectada, pues nada tiene explicación completa si no se contextualiza.
Uno de esos periodos que marcó la historia de España fue el llamado “Trienio Bolchevique” (que en España tuvo más de anarquista), de suma importancia en el campo andaluz donde realmente se desarrolló. Un periodo que recibe ese nombre y no es de forma baladí, pues de telón de fondo está la Revolución rusa de 1917 que ha tumbado al zarismo y ha comenzado, a la altura de noviembre de 1917, una experiencia socialista sin parangón en la humanidad (con el antecedente de la Comuna de París de 1871). Pero además se une a un periodo de conflictividad social en España, por la escasez y carestía que acechaba a la clase obrera y que fue el acicate para su movilización. Sin ir más lejos, en ese periodo se produjo la trascendental huelga de la Canadiense en Barcelona, impulsada por la CNT, que sirvió para que, por primera vez en España, se aprobasen por decreto las 8 horas de trabajo.
En Andalucía, con una estructura básicamente agraria, fueron los campesinos y los artesanos de oficio los que protagonizaron durante tres años un periodo de movilización.
El libro que se nos presenta rescata esa conflictividad en un espacio geográfico concreto: la provincia de Córdoba. Y la aparición de esta obra no ha podido ser más acertada, pues estamos en pleno centenario del inicio de ese periodo. El profesor e historiador Miguel Ángel Peña Muñoz nos ofrece un recorrido pormenorizado de los sucesos acaecidos en Córdoba entre 1918 y 1920. Y lo hace siguiendo un esquema clásico de trabajo: presentación del conflicto, contextualización del conflicto, protagonistas del conflicto y desarrollo del conflicto. Además, valiéndose y siguiendo el mismo esquema de uno de los libros que marcó la investigación del obrerismo en España: Historia de las agitaciones campesinas andaluzas de Juan Díaz de Moral. Además estos dos cordobeses lo hacen de la misma manera: contextualización española y andaluza y desarrollo en Córdoba.
La estructura y contenido del libro son de enorme trascendencia, pues como dice el autor, sin este proceso sería imposible entender el desarrollo posterior de la historia de Andalucía. De la obra de Peña Muñoz destacaría dos cosas fundamentales, entre muchas otras. La primera es una estructura de libro dinámica y bien traída, con guiños constantes a dos himnos, ya desde el propio título de la obra: La Internacional (el poema nacido de las barricadas de la Comuna por Eugène Pottier) y el Himno de Andalucía (compuesto por Blas Infante). En segundo lugar hay que reseñar que el autor del libro es profesor de secundaria, y eso es algo que se nota en la escritura, pues ha dado al libro una dimensión didáctica y divulgativa que sirve a eruditos y profanos. Lo aleja del frío academicismo y es algo, que en muchas circunstancias, hay que agradecer.
Con un contenido que no defrauda, una estructura magnífica y una pluma ágil y clara, estamos ante una obra de obligada lectura, no solo porque sea un centenario sino porque también es tiempo de aprender.
Julián Vadillo Muñoz
Uno de esos periodos que marcó la historia de España fue el llamado “Trienio Bolchevique” (que en España tuvo más de anarquista), de suma importancia en el campo andaluz donde realmente se desarrolló. Un periodo que recibe ese nombre y no es de forma baladí, pues de telón de fondo está la Revolución rusa de 1917 que ha tumbado al zarismo y ha comenzado, a la altura de noviembre de 1917, una experiencia socialista sin parangón en la humanidad (con el antecedente de la Comuna de París de 1871). Pero además se une a un periodo de conflictividad social en España, por la escasez y carestía que acechaba a la clase obrera y que fue el acicate para su movilización. Sin ir más lejos, en ese periodo se produjo la trascendental huelga de la Canadiense en Barcelona, impulsada por la CNT, que sirvió para que, por primera vez en España, se aprobasen por decreto las 8 horas de trabajo.
En Andalucía, con una estructura básicamente agraria, fueron los campesinos y los artesanos de oficio los que protagonizaron durante tres años un periodo de movilización.
El libro que se nos presenta rescata esa conflictividad en un espacio geográfico concreto: la provincia de Córdoba. Y la aparición de esta obra no ha podido ser más acertada, pues estamos en pleno centenario del inicio de ese periodo. El profesor e historiador Miguel Ángel Peña Muñoz nos ofrece un recorrido pormenorizado de los sucesos acaecidos en Córdoba entre 1918 y 1920. Y lo hace siguiendo un esquema clásico de trabajo: presentación del conflicto, contextualización del conflicto, protagonistas del conflicto y desarrollo del conflicto. Además, valiéndose y siguiendo el mismo esquema de uno de los libros que marcó la investigación del obrerismo en España: Historia de las agitaciones campesinas andaluzas de Juan Díaz de Moral. Además estos dos cordobeses lo hacen de la misma manera: contextualización española y andaluza y desarrollo en Córdoba.
La estructura y contenido del libro son de enorme trascendencia, pues como dice el autor, sin este proceso sería imposible entender el desarrollo posterior de la historia de Andalucía. De la obra de Peña Muñoz destacaría dos cosas fundamentales, entre muchas otras. La primera es una estructura de libro dinámica y bien traída, con guiños constantes a dos himnos, ya desde el propio título de la obra: La Internacional (el poema nacido de las barricadas de la Comuna por Eugène Pottier) y el Himno de Andalucía (compuesto por Blas Infante). En segundo lugar hay que reseñar que el autor del libro es profesor de secundaria, y eso es algo que se nota en la escritura, pues ha dado al libro una dimensión didáctica y divulgativa que sirve a eruditos y profanos. Lo aleja del frío academicismo y es algo, que en muchas circunstancias, hay que agradecer.
Con un contenido que no defrauda, una estructura magnífica y una pluma ágil y clara, estamos ante una obra de obligada lectura, no solo porque sea un centenario sino porque también es tiempo de aprender.
Julián Vadillo Muñoz
Publicado en el Nº 317 de la edición impresa de Mundo Obrero junio 2018
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