Título original: Las doce sillas
Año: 1962
Duración: 94 min.
País: Cuba
Director: Tomás Gutiérrez Alea)
Guión: Tomás Gutiérrez Alea), Ugo Ulive (Novela: Ilya Ilf, Yevgeni Petrov)
Música: Juan Blanco
Fotografía: Ramón F. Suárez
Reparto: Enrique Santiesteban, Reynaldo Miravalles, René Sánchez, Pilín Vallejo, Idalberto Delgado, Ana Viña, Manuel Pereiro, Max Beltán, María Pardo, Gílda Hernández, Raúl Xiqués
Productora: Instituto Cubano del Arte e Industrias Cinematográficos (ICAIC)
Sinopsis: Un aristócrata venido a menos con el triunfo revolucionario y su ex chofer buscan desesperadamente una silla donde están escondidos los brillantes de la familia. En abierta competencia con el cura del pueblo, enterado del secreto, los personajes atraviesan las más imprevistas situaciones ya que el juego de doce sillas ha sido subastado por el Ministerio de Recuperación de Valores y se encuentran en distintas manos.
En la Cuba post revolucionaria, Hipólito pretende recuperar una fortuna en diamantes que su suegra ha escondido en una de las doce sillas de comedor de una mansión reconvertida en asilo de ancianos. El director cubano Tomás Gutiérrez Alea, lleva a la pantalla la novela soviética de título homónimo, escrita por los famosos Ylia Ilf y Yergueni Petrov, en la que se parodia la Nueva Política Económica soviética (NEP), introducida en 1921 como forma de incentivar la afectada economía de la URSS tras la Guerra Civil, y que hizo que pillos y todo tipo de defensores del capitalismo se dejaran llevar por sus ganas de enriquecerse a costa de lo que fuera (como hace, por cierto, todo capitalista).
En este periodo también escribiría Alexandra Kollontai su novela La bolchevique enamorada, en la que también critica el nuevo tipo de hombre que surgió (o resucitó) la NEP, hasta que el propio Lenin reconociera que había sido un error, aunque fuera bajo el gobierno de Stalin cuando se la puso fin definitivamente.
En el libro de Ilf y Petrov, un antiguo aristócrata ruso, con sus propiedades confiscadas por el gobierno soviético, va en busca de doce sillas de su abuela, licitadas por las autoridades, porque en una de ellas se escondieron los diamantes de la familia, intentando aprovechar la ocasión para enriquecerse de nuevo. En su búsqueda es ayudado por un timador profesional. La búsqueda se narra en tono de humor, a través de las peripecias de ambos enemigos del pueblo
En 1962, el cubano Tomás Gutiérrez Alea (La muerte de un burócrata, La última cena, Esta tierra es nuestra), aprovecha la ocasión para ubicar el argumento en la Cuba post revolucionaria, donde, en esta ocasión, serán un aristócrata y su ex-chofer los que buscan la silla donde están escondidos los brillantes de la familia, en abierta competencia con el cura del pueblo, enterado del secreto, los personajes atraviesan las más imprevistas situaciones ya que las sillas han sido subastadas por el Ministerio de Recuperación de Valores y se encuentran en distintas manos.
Fuente: Moscofilms
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