lunes, 6 de julio de 2015

SE REEDITA "AÑO TRAS AÑO", LA PRIMERA NOVELA DE ARMANDO LÓPEZ SALINAS

SE TRATA DE UNA EDICIÓN DIGITAL A CARGO DE EDICIONES DYSKOLO

Año tras año nos recuerda que la democracia no se la debemos a quienes decidieron acostarse franquistas y amanecer demócratas un buen día, sino a quienes se organizaron en la lucha antifranquista.


Cuando Armando López Salinas obtuvo el Premio Nadal en 1959 y publicó La mina en la editorial Destino en 1960, ya había escrito una primera novela. Año tras año, que así se titulaba su primera novela, que vino a ser segunda, había sido aceptada por la editorial Seix Barral, pero su publicación fue denegada por la censura. El expediente 3458-61 notifica que «no procede su publicación» a causa de atentar contra el régimen y sus instituciones, según reza el informe del censor. En las casillas dispuestas para incluir información adicional, más detallada, el informe añadía que «la obra es claramente FILOCOMUNISTA». Finalmente, y ante la imposibilidad de sortear la censura, Año tras año se publicó en Francia. Tras obtener el Premio «Antonio Machado», cuyo fallo tuvo lugar el 24 de febrero de 1962, en la simbólica ciudad de Colliure, donde descansan los restos de Antonio Machado, Año tras año se publicó en Ruedo Ibérico, parisina editorial del exilio republicano.

Si La mina de Armando López Salinas, hasta 2013, había permanecido casi treinta años sin reeditarse –y sin leerse– en España, Año tras año padeció incluso peor suerte. Hasta el año 2000, cuando se publica en la editorial Alcayuela, Año tras año no había conocido ni una sola edición en España. Se trata, pues, de una obra desterrada, de una novela que difícilmente ha sido leída en España, más allá de por aquellos lectores, muy politizados, que acudían a las librerías en cuyos sótanos sabían que podían encontrar los libros que prohibió Franco, o por los que posteriormente la encontraron, tras mucho buscar bajo el polvo, en las librerías de viejo. Pero el lector de 2015 tiene la posibilidad de leer por primera vez –o acaso releer– Año tras año sin mancharse las manos de polvo. Basta con un solo clic. Ediciones Dyskolo –un proyecto editorial que cree en libre acceso al conocimiento– acaba de publicar una edición digital de Año tras año de Armando López Salinas. Con estas palabras se define el proyecto de Dyskolo: «Nuestros libros tienen un valor, pero carecen de precio. El valor lo fija cada lector o lectora a partir de 0 y hasta 10 o hasta 1.000, y no necesita hacerlo en el momento de la descarga sino que puede regresar en cualquier momento a la página del libro y realizar su aportación. Ese dinero es en realidad una ayuda a la creación». El libro se puede descargar a través de este enlace: http://bit.ly/1FKLdL4

Esta edición digital de la primera novela de López Salinas se presenta con un exhaustivo prólogo del profesor Luis Martín-Cabrera. Año tras año es una novela que –como recuerda Martín-Cabrera– «reconstruye el tiempo que va desde la derrota en la guerra civil y la subsiguiente desarticulación de las organizaciones obreras, a la reconstitución de la movilización obrera y popular contra la dictadura franquista. La novela se cierra alrededor de un ciclo de movilizaciones que comienza en Barcelona en marzo de 1951». Año tras año narra, pues, el momento histórico de la «reconfiguración de un movimiento obrero que va a participar ya decididamente en la resistencia a la dictadura». Es importante situar históricamente la novela y, a partir de ello, aprehender su sentido histórico, pues allí se encuentra posiblemente el motivo de su silenciamiento en el post-franquismo. Porque si el franquismo silenció –i.e. censuró– Año tras año por considerarla una novela filocomunista, el post-franqusimo la ha silenciado porque la novela nos devuelve al presente una historia que no encaja en el relato dominante de la Transición. Luis Martín-Cabrera, en su introducción, lo expone de forma muy clara: «la historiografía liberal (ver, por ejemplo, La resistencia silenciosa de Jordi Gracia o La filología en el purgatorio de José Carlos Mainer) ha situado el funeral del filósofo español José Ortega y Gasset (1955) o las primeras huelgas de estudiantes que le siguieron en 1956 como el germen de las primeras protestas contra la dictadura y el principio de la reconstitución de una protoesfera pública que pronto se llenará con los “mea culpa” y los arrepentimientos de los Laín Entralgo, los Ridruejo o el distanciamiento estratégico de antiguos censores como el propio Cela. A contrapelo de esta visión, López Salinas sitúa el principio de la resistencia en el corazón de los barrios obreros y como parte de los esfuerzos de organización de un partido de clase como el PCE. No se trata aquí de disputarse el primer puesto de la lucha antifranquista, sino de recuperar la memoria de la lucha obrera que a la altura de los años sesenta ya empezaba a borrarse, sometida a las tecnologías del olvido implementadas por la dictadura». Año tras año nos devuelve al presente una historia borrada, nos recuerda que la democracia no se la debemos a quienes decidieron acostarse franquistas y amanecer demócratas un buen día, sino a quienes se organizaron en la lucha antifranquista, a quien sufrió derrotas, cárceles, torturas, privación de libertad para construir libertades colectivas. Año tras año –la narrativa de Armando López Salinas, en general– nos permite recuperar nuestra memoria histórica, tan maltratada, tan desgastada, tan desplazada por los relatos dominantes del presente.

El mejor homenaje que se le puede hacer a un escritor es leer su obra. Año tras año, novela por la que deambulan los derrotados de la Guerra Civil, que malviven en una posguerra que les condena por partida doble, política y socialmente, es memoria de un tiempo que se pretende borrar, edulcorar, despolitizar. La lectura de Año tras año nos permite recordar aquellos años, homenajear a los héroes cotidianos de la posguerra española, pero a la vez recordar y homenajear a quien puso su pluma al servicio de la memoria: Armando López Salinas. A quien nunca olvidamos. Quien sigue entre nosotros.

David Becerra Mayor

Publicado en el Nº 285 de la edición impresa de Mundo Obrero junio 2015

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