El pasado domingo el Museo Marta Herford inició su año de aniversario con
ideas íntimas en la vida de Frida Kahlo. La artista mexicana es
mundialmente famosa por sus imágenes de color intenso, pero fue sólo 50
años después de su muerte, cuando fue descubierto un enorme archivo
fotográfico privado que documenta su vida y se percibe en blanco y
negro. Por primera vez en Alemania, Marta Herford presenta una exquisita
selección: 241 fotografías que sirvieron a la artista como referencias,
una fuente de inspiración y material de trabajo. Fotos por importantes
fotógrafos como Man Ray, Martin Munkácsi, Brassaï y otros se combinan
con fotografías de fotógrafos desconocidos y por Frida Kahlo a sí misma
para formar un documento convincente de su tiempo.
Yo
se la recomiendo, no como marido, sino como un entusiasta admirador de
su obra, ácida y tierna, dura como el acero y delicada y fina como el
ala de una mariposa, adorable como una hermosa sonrisa y profunda y
cruel como la amargura de la vida.
Diego Rivera
Marta Herford comienza la temporada de
exposiciones 2015 con el extraordinario proyecto de la exposición
"Frida Kahlo - Sus fotos". En los armarios que recuerdan a los colores
de las pinturas de Kahlo, más de 60 años después de la muerte de la
artista mexicana (1907-1954) el museo está mostrando una selección de su
extenso archivo fotográfico que fue presentado al público por primera
vez en 2007. En su tesoro de fotos Frida recoge no solo fotos de amigos,
de su familia, de Diego Rivera, sino también de sí misma tomadas por
fotógrafos desconocidos. La primera presentación de su colección en
Alemania comprende 241
fotografías reunidas por Pablo Ortiz Monasterio para el Museo Frida
Kahlo en México. En seis áreas temáticas centrales que van desde los
orígenes hasta la casa azul, su cuerpo dañado, sus seres queridos, hasta
la política, la revolución y Diego, la exposición ilumina el importante
papel que la imagen fotográfica juega en la vida de la pintora Frida
Kahlo.
El medio de la fotografía adquirió un
significado especial desde una edad temprana para la hija de un
fotógrafo profesional alemán-húngaro que emigró de Alemania a México a
la edad de 18 años. Los numerosos retratos que Guillermo Kahlo no solo
generaron en su hija su manera personal delante de la cámara, sino
también dejó en Frida una profunda conciencia de la potencia gráfica de
la propia puesta en escena. Obras de famosos fotógrafos como Man Ray,
Martin Munkácsi, Brassaï, Tina Modotti, Lola y Manuel Álvarez Bravo, así
como Edward Weston, se mezclan con imágenes de escritores o artistas
que eran sus amigos o quienes ella admiraba.
La vida y obra de Frida Kahlo están
inextricablemente entrelazadas entre sí, y también se refleja en su
colección de fotos. Su cuerpo dañado, su dolor y sufrimiento, pero
también el amor, son temas recurrentes en las fotografías. Nickolas
Muray, con quien también tuvo una relación, la muestra en poses muy
íntimas y vulnerables. Otras fotos son evidencia de cómo su cuerpo fue
marcado cada vez más por la enfermedad. Esta imagen es interrumpida por
imágenes que la muestran en compañía de sus amigos, relajada o de
fiesta, escenas felices que su expresan la alegría de vivir. También es
notable cómo trataba a las fotografías: para la artista fueron
atesorados y objetos familiares que ella coloreaba y recortaba,
marcándolas con pensamientos y notas, e incluso a veces de besos.
Otra sala está dedicada al tema de la
política, la revolución y Diego. Las imágenes hacen que el ambiente
político de la época sea palpable. Las documentaciones de edificios
industriales, tales como el trabajo de la Forden Detroit se yuxtaponen
con los dirigentes del socialismo ruso, Lenin, Trotsky y Stalin. Muchas
de las fotos también muestran que el artista mexicano Diego Rivera con
el que Frida estuvo casada desde 1929 y con el que se genero un punto
focal de su vida romántica y emocional.
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