La primera mujer embajadora del mundo estuvo de misión en el país en
1926-27. El libro, 'Alexandra Kollontai en México', de la investigadora Rina Ortiz recuerda su figura. Trabajó por estrechar las amistades entre los
pueblos de ambos países y recibió la condecoración del Águila Azteca.
La primera mujer embajadora del mundo, realizó su
segunda misión diplomática en México. Se trata de la soviética Alexandra Kollontai
(1872-1952), reconocida feminista
y política bolchevique que tras su misión en Noruega, fue representante en el
país durante los años de 1926-1927.
Sin embargo, dentro de la historia mexicana no ha sido
una personalidad no del todo valorada. Como tantos otros personajes de este
periodo, pese a su importancia, su trayectoria probablemente hubiese caído en
el olvido si no hubiese sido por la investigadora Rina Ortiz Peralta, de INAH,
que en los últimos años ha dedicado parte de su labor al estudio de las
relaciones entre México y Rusia en una de las épocas más agitadas en términos
políticos.
Rescate de los Diarios Diplomáticos
En 1993 Rina Ortiz, junto a otros investigadores
mexicanos, tuvo, como comisaria de esta misión, la excepcional oportunidad de
rescatar los hasta entonces inéditos archivos del Partido Comunista de México
de 1919-1943 , conservados en el Archivo Estatal Ruso de Historia, Moscú.
Surgió entonces su interés por la figura de Kollontai.
Tras una investigación de más de una década, en la que Rina Ortiz llegó a
conocer a los familiares de la diplomática soviética, así como a rescatar
numerosos documentos oficiales y privados, los Diarios Diplomáticos y otros
documentos fueron publicados en español bajo el título de Alexandra
Kollontai en México.
Un compendio de documentos que
no solo esbozan una imagen de las relaciones políticas y sucesos de la época,
sino que al escribir Kollontai sus juicios y valoraciones en ellos, permite
conocer la evolución de su pensamiento como activista política, feminista y
represntante soviética.
Alexandra Kollontai
De gran cercanía a
Lenin, al siguiente día a la Revolución, éste designa a Alejandra Kollontai
como ministra de Bienestar Social: “Fue una mujer muy activa, y formó parte de
lo que se llamaba la Oposición Obrera. Lo que planteaba era que en el gobierno
deberían estar incluidos los representantes de los sindicatos, ya que estaba
previendo la burocratización de las altas esferas del poder y del Partido. Como
ministra no encontró mucho espacio para llevar a cabo todas sus ideas”, explica
Rina Ortiz.
“Aunque se formó
una sección femenina dentro del Partido Comunista, esta cuestión se consideraba
como algo secundario dentro de la propia internacional y se decía que en el
momento del desarrollo del socialismo se promovería la igualdad. Se veía como
algo de segundo nivel, aunque empezaron a ponerse en práctica muchas de las
ideas de Kollontai, como la creacaión de guarderías, comedores públicos,
lugares dónde se pudiera lavar”, continúa la investigadora.
“Si se empezaron a
llevar a la práctica todas estas cosas, fue muy paulatinamente, nada
específicamente y Kollontai renunció a este cargo en 1918. Su futuro político
era incierto”, explica Rina Ortiz en una entrevista exclusiva para RBTH.
En 1922, Alejandra
Kollontai escribió a Stalin pidiendo un nuevo destino de trabajo, y ese mismo
otoño fue enviada a Noruega como la primera mujer embajadora y cuatro años más
tarde, a México.
¿Por qué el gobierno soviético decidió mandar
a Alexandra Kollontai como representante diplomática a México?
México emergía también de una revolución, y tenían el
problema del reconocimiento al igual que el gobierno soviético. Sobre todo
porque, en un principio, la revolución bolchevique se plantaba como una
revolución mundial, no como una revolución en un solo país.
En el año de 1919 se crea la Internacional Comunista,
que tiene la finalidad de promover la creación de otros partidos comunistas.
Estos tienen el objetivo de ayudar al sostenimiento de esta revolución, tal
como estaba planteada inicialmente. La Internacional empieza a mandar emisarios
a todo el mundo y se empiezan a formar partidos.
Por el otro lado, la Rusia soviética se tiene que
afianzar como cualquier otro gobierno, y necesita reconocimiento. La revolución
mexicana, por su parte, también tiene que ser reconocida, básicamente por los
EE UU, y hay una serie de negociaciones y el gobierno mexicano, es el primero
en América en establecer relaciones con
la rusia soviética.
El primer embajador es Stanislav Petrovski, un
conocido revolucionario con mucha experiencia. Llega de una manera casi simbólica.
En noviembre presenta sus credenciales al presidente mexicano y aparentemente
todo comienza muy bien pero Petrovski, ahora se sabe por los nuevos documentos
que se han abierto, es al mismo tiempo un agente de la Internacional Comunista
que empieza a tener injerencia en la vía política mexicana.
Dicen algunos que la embajada se había convertido en
la sede del Partido Comunista. Esto empieza a crear roces y después hay una
desafortunada declaración, que se malinterpretó como que México era un bastión
para la expansión del comunismo en el continente. Inteligentemente lo mandan
llamar mediante una nota diplomática, hasta que finalmente lo retiran. Es
entonces cuando piden a Kollontai que
vaya a México.
¿No era México esa plataforma de difusión de la ideología
comunista que se pensaba?
En un principio sí,
pero las cosas cambiaron. Para México fue muy útil la presencia
soviética. Incluso en algún momento al presidente Calles se le llamó
bolchevique, pero ya en la época de Kollontai, para la Unión Soviética es
importante que se le deje de identificar con la idea de una expansión de la
revolución comunista.
El Estado soviético no puede seguir promoviendo la
idea de una revolución de todos los países, porque entonces, ¿cual es el
sentido de enviar representantes diplomáticos para subvertir el orden en un país?
Kollontai llega con esta nueva idea, incluso el
trabajo que ella desarrolla durante su estancia en México, es justamente,
procurar intercambios comerciales. Pero ¿qué intercambios puede haber en un país
que apenas está reconstruyendo su economía? En el diario se puede ver
claramente; Kollontai se siente desesperada por no saber cómo se pueden
promover relaciones económicas. Incluso dice que la propia embajada es un
desastre. Enfrenta una serie de dificultades de un país que está emergiendo, y
por otro lado, en el momento en el que el presidente Calles logra establecer
una buena relación con EE UU, se empieza a perseguir a cualquier opositor.
A grandes rasgos, ¿en que consistió la labor Kollontai
en México?
Realmente no pudo hacer mucho más que crear un imagen
de buena voluntad e identificaciones entre países, algo que es muy importante a
largo plazo.
Recibió la condecoración del Águila Azteca, la máxima que el país
entrega a los extranjeros, como reconocimiento al acercamiento entre los
pueblos de los dos países.
Intentó promover, sin duda, las relaciones económicas,
además fue quien promovió la primera exhibición de películas soviéticas en México. Tenía especial interés en que se
mostrara lo que los soviéticos hacían a ese nivel. Pero estuvo muy poco tiempo
y tuvo muchos problemas de salud, además de gran inquietud por estar lejos de
su país y de la actividad política que siempre había desarrollado. Tuvo dos
episodios bastante fuertes con el corazón y fue en ese momento cuando la
mandaron llamar para que se regresase.
Fuente: Rusia Hoy
No hay comentarios:
Publicar un comentario