lunes, 14 de octubre de 2013

ESTRENADA EN MOSCU LA PELÍCULA "STALINGRADO", DE FIÓDOR BONDARCHUK


El pasado 10 de octubre se estrenó en Moscú la película Stalingrado, del realizador Fiódor Bondarchuk. La cinta está dedicada a uno de los sucesos más trágicos y sangrientos de la Segunda Guerra Mundial: la batalla de Stalingrado, la cual dio un giro a la marcha de la guerra, dio inicio a la ofensiva de las tropas soviéticas y terminó con la derrota total de la Alemania nazi.

Las tecnologías más avanzadas a día de hoy permiten a los espectadores tener la sensación de vivir la historia desde dentro, especialmente en los episodios más terribles de las escenas de batallas, acentuados aún más con la música trágica escrita por el compositor estadounidense Angelo Badalamenti. Para una película de acción eso alcanza y sobra. Pero la cinta de Bondarchuk no es una simple película de acción. En primer lugar, se basa en hechos históricos reales. En segundo lugar, además de los efectos visuales es portadora de una idea artística. Partiendo de las batallas concretas, el realizador llega a serias conclusiones generales. Y narrando esto dirige la mirada a la profundidad de la historia de la antigua Grecia y de la antigua Rusia:

—No se trata de un documental, no es una investigación, no es ninguna de las versiones de los dos días de la batalla de Stalingrado. En una película sobre la guerra. Este conflicto pudo ocurrir tanto en Troya como en el campo de Kulikovo.

Pero en la pantalla aparece Stalingrado, la ciudad rusa a orillas del Volga. Noviembre de 1942, el ejército soviético libra cruentos ataques contra las tropas nazis alemanas. Un grupo de agentes secretos rusos ocupa una casa en la que encuentran a una muchacha, la única sobreviviente de todos los moradores. Su aparición aúna de manera sorprendente a todos los combatientes: para uno se convierte en una hija, para otros en una amiga y para terceros en la mujer amada. La historia encarna a todos los perdidos y no encontrados. Bondarchuk tiene su propia versión del “fenómeno Stalingrado”. ¿Por qué los soldados rusos martirizados, que largo tiempo retrocedían bajo la presión de las tropas alemanas, lograron revertir la marcha de la guerra? El realizador lo explica así:

—Desde mi punto de vista, transcurría el segundo año de la guerra y cada uno tenía su historia personal. Imaginarme y sentir todo eso en carne propia es difícil. Pero, de haberme visto en tal situación, seguramente, sentiría el más fuerte sentimiento de venganza y la más fuerte motivación para actuar.

A propósito, los soldados alemanes en la película no son los enemigos de los carteles, no son caricaturas ni marionetas, son personas que sienten dudas, vergüenza, dolor. Incluso se desarrolla una historia de amor entre un oficial alemán y una belleza rusa. Es más, los principales antagonistas de la cinta, un oficial soviético y otro alemán, mueren en el mismo momento en que se ven en el último instante de la vida. Pero, no se trata, obviamente, de ninguna reconciliación, asegura Fiódor Bondarchuk:

—No queríamos que el final reflejara un perdón absoluto entre ellos. El final, en el que se encuentran en un mismo lugar y se disparan despiadadamente el uno al otro, es la imagen de la guerra pero, de ninguna manera, una reconciliación.

Stalingrado ha sido promovida por Rusia al Oscar en la nominación a la mejor película extranjera, por cierto que ya ha aventajado a una decena de cintas meritorias. Es el primer filme ruso rodado en formato IMAX3D.

Fuente: La Voz de Rusia

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