Salvo El
palacio de Gripsholm (Trotta, 1994) y El ayer y el mañana (Acantilado,
2003), la obra del periodista y escritor Kurt Tucholsky sigue siendo, como la
de muchos otros clásicos modernos alemanes, inédita en España. Socialista
democrático y pacifista, Tucholsky llegó a conocer la fama como editor del Weltbühne
–en el que demostró su habilidad para cultivar diferentes géneros
literarios e incluso crear otros nuevos, como el foto-epigrama en Deutschland
Deutschland über alles (Rowohlt, 1929), en colaboración con John
Heartfield– gracias a sus mordaces invectivas, en la tradición del poeta
Heinrich Heine, que le valieron la condena de los conservadores y los
nacionalsocialistas, al punto que tanto sus libros como copias del Weltbühne
(en el que colaboraba con Carl von Ossietzky), fueron quemados públicamente
en la infame «acción contra el espíritu
antialemán» (Aktion wider den undeutschen Geist) que tuvo lugar en la plaza de la ópera de Berlín en 1933
junto con los de otros autores judíos y socialistas al grito de Goebbels: «¡Contra la frivolidad y la insolencia! ¡Por el
respeto y la veneración al inmortal espíritu del pueblo alemán! ¡Devorad,
llamas, también los libros de Tucholsky y Ossietzky!»
Después de la
Primera Guerra Mundial Tucholsky se distanció del Partido Socialdemócrata de
Alemania (SPD), en el que hasta entonces había militado, y rompió
definitivamente con éste tras la represión de la Revolución de noviembre de
1918 durante el gobierno de Friedrich Ebert llevada a cabo por su ministro de
defensa, Gustav Noske. Entre 1920 y 1921 Tucholsky fue miembro del Partido
Socialdemócrata Independiente de Alemania (USPD), una escisión del SPD, pero la
composición de este partido, en el que militaron desde la derecha
socialdemócrata de Eduard Bernstein hasta la ortodoxia de Karl Kautsky y la
extrema izquierda de Rosa Luxemburg –que en común sólo tenían la crítica a la
política de colaboración bélica del SPD–, lo convertía en una formación
inestable, y tras una segunda escisión que llevó a la fusión de una parte de
éste con el Partido comunista (KPD), Tucholsky abandonó el USPD para regresar
por breve tiempo a las filas del SPD. Para finales de la década Tucholsky había
abandonado nuevamente el SPD y se había aproximado, como muchos intelectuales
de su época, a las posiciones del KPD, si bien nunca llegó a pertenecer al partido,
lo que le permitió mantener un punto de vista independiente y ser crítico con
la política de todos los partidos obreros sin excepción.
A este mismo
período pertenece “Congreso socialdemócrata” (Sozialdemokratischer Parteitag,
1928) un poema sarcástico en el que el autor critica la domesticación de los
dirigentes del SPD en la época. El poema incluye referencias a Robert Weismann
(secretario de estado) y a Philipp Scheidemann (el primer canciller de la
República de Weimar, gracias a una coalición con el Centro católico y el
Partido democrático), quien sale especialmente malparado en su comparación con
August Bebel, uno de los fundadores del SPD. (Pese a todo, Tucholsky, Weismann
y Scheidemann habrían de compartir la misma suerte al ser incluidos en la lista
de los primeros 33 ciudadanos alemanes a los que el gobierno nacionalsocialista
retiró la ciudadanía en 1933.) En 1959 sería musicalizado por Hanns Eisler
–sería uno de sus últimos proyectos– y cantado por Ernst Busch en un disco en
el que se incluyeron otros poemas de Kurt Tucholsky.
(Introducción realizada por Àngel
Ferrero)
Congreso socialdemócrata
En la cárcel, encadenados, nos llegamos
a sentar,
y sacrificamos, para al partido salvar,
nuestra libertad y nuestra posición,
confort y dinero.
Éramos de las acererías la
amenaza,
teníamos sangre en las venas – ¡ésa era
nuestra baza!
Ése era nuestro anhelo, puro y para el
mundo entero.
Nos odiaban el káiser, los gobernadores
y los togados:
La idea era la fuerza – así lo sentían
los descamisados...
Long long ago –
Todo eso fue hace tiempo, pero ya se
acabó.
Inmunes a la confusión de ideas
parecíamos,
cada vez que hablaba el viejo Bebel,
tosíamos –
y sonreíamos cuando la juventud se
rebelaba.
Y mientras en cientos de sanedrines
nos combaten con tasas salariales y
editoriales,
a nosotros la política realista es lo
que nos tiraba.
¡Para los bolcheviques la lucha de
clases!
Hasta llegamos a sonar en las listas
ministeriales...
Long long ago –
Todo eso fue hace tiempo, pero ya se
acabó.
Nos imponen sobremanera
los automóviles, el protocolo y la
cigarrera –
Al fin y al cabo no es uno un
bolchevique.
Nos entregamos sin demora
y nuestro Scheidemann ninguna virtud
atesora,
que ya no se haya ido a pique.
El señor Weismann sonríe y los angelitos
ríen.
Y quienes colaboran con nosotros no nos
ven
ya como un peligro en absoluto, ay...
Somos compañeros de cartas, que a Marx
hemos leído.
¡Nunca tan lejos nos habíamos ido
del camino por el que nos guió
Lassalle!
(1928)
Kurt Tucholsky (1890 - 1935), fue un periodista y escritor
alemán de ascendencia judía. Escribió bajo los seudónimos de Kaspar
Hausery y Peter Panter, entre otros.
Fue un pacifista y antimilitarista odiado por los nazis.
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