viernes, 14 de septiembre de 2012

"EN MI PAÍS DESCONOCIDO. DIARIO DE LA CÁRCEL, 1944", DE HANS FALLADA

Título: En mi país desconocido
Autor: Hans Fallada
Editorial: Seix Barral
Fecha de publicación: 08/05/2012
384 páginas
ISBN: 978-84-322-0967-3
Formato: 13,3 x 23 cm.
Presentación: Rústica con solapas
Traductor: Christian Martí-Menzel
PVP: 19.50 €


Sinopsis


El 4 de septiembre de 1944 Hans Fallada es encarcelado. Está prácticamente acabado: es un alcohólico, un hombre incapaz de escribir y está acusado de intentar asesinar a su mujer. Bajo la mirada continua de sus captores, anota sus recuerdos y reflexiones desde los inicios del nazismo hasta su reclusión. Informa sobre el mundo de los soplones, del peligro que corre su creatividad literaria, del destino de muchos amigos y colegas.

Con el fin de ahorrar el escaso papel del que disponía y camuflar su escritura utiliza abreviaturas. Sus peligrosas anotaciones se convierten en una especie de «criptografía» que no pudo ser descifrada hasta después de su muerte. Finalmente consigue sacar el manuscrito en secreto de la cárcel. Durante años estas páginas, honestas y provocadoras, se dieron por perdidas. Hoy el lector español puede disfrutar por primera vez de un testigo único, tanto por lo singular de sus vivencias como por la maestría de su expresión literaria.

La publicación simultánea en Seix Barral de este diario y la novela El bebedor, inéditos hasta ahora en español, es una ocasión única para descubrir a uno de los autores más destacados de las letras alemanas recientes, del que Hermann Hesse dijo: «Merece los mayores elogios por escribir con tanto realismo y veracidad, con tanta proximidad a la vida.»


Hans Fallada, pseudónimo de Rudolf Ditzen (Greifswald, 1893 – Berlín, 1947), ejerció entre 1915 y 1925 de tesorero, inspector y contable, y entre 1928 y 1931 de mecanógrafo y empleado en una editorial. Escribió su primera novela, El joven Goedescha, en 1920. Entre sus obras destacan ¿Y ahora qué? (1932), llevada al cine por Frank Borzage, Lobo entre lobos (1937) y Solo en Berlín (1947), que ha sido recuperada recientemente con gran éxito en todo el mundo. Está considerado uno de los autores más destacados de las letras alemanas de los últimos tiempos. Su obra mereció los elogios de Thomas Mann, Hermann Hesse o Graham Greene.

La vida de Hans Fallada estuvo llena de episodios polémicos. Adicto al alcohol y las drogas, fue encarcelado por falsificación y entró en diversas ocasiones en instituciones psiquiátricas. En 1944, Fallada fue recluido en un psiquiátrico cercano a Berlín tras una fuerte discusión con su esposa en la que disparó un arma de fuego, según el autor, de forma accidental. Allí escribió El bebedor y En mi país desconocido. Diario de la cárcel, 1944, publicado también por Seix Barral. 


Tras la liberación soviética, en 1945 tomó la función de alcalde durante un corto periodo de tiempo en la pequeña ciudad de Feldberg, cerca de Carwitz, nombrado por el Ejército Rojo. Más tarde se trasladó con su mujer a Berlín y trabajó allí para la publicación Tägliche Rundschau. Murió en 1947 víctima de una sobredosis de morfina.

RESEÑA DE "EN MI PAÍS DESCONOCIDO"

Ha supuesto un deleite devorar los pensamientos y reflexiones de Hans Fallada sobre su propia vida y el régimen nazi en su obra En mí país desconocido. La prisión siempre ha sido cuna de buena literatura por el reencuentro que con uno mismo obliga (véase a Genet) y no había de ser menos en el caso de Fallada. Su primera obra escrita en reclusión El bebedor brilla a gran altura y su segunda obra, esta sí totalmente biográfica, no lo es menos. Su compromiso con la libertad y en contra del nazismo brotan de esta confesión sobre su propia ingenuidad.

Hans Fallada (Alemania, 1893-1947) ya era un escritor consagrado cuando Hitler asumió el poder, y es precisamente el día del incendio del Reichstag cuando esta obra comienza, con el escritor y su editor cenando opíparamente mientras se acusa a los comunistas y los judíos del fuego.

El autor cuenta con candidez su menosprecio por la capacidad de organizarse de los nazis, por su violencia más allá de la ley, incluso por su influencia más allá de las ciudades grandes. Llega a dudar que las gentes de bien se unan al burlesco tren fascista. Sin embargo, cuando uno tras otro todos estos siniestros presagios se hacen realidad y el mismo pasa temporadas en la cárcel por denuncias de sus caseros, empieza a comprender la gravedad del asunto.

Pese a todo, optimista recalcitrante baja el nivel de seguridad vez tras vez pensando que no llegarán a esto ó a lo otro, que no serán capaces de tal o cual acción. Gran error que sufrirá en sus propias carnes año tras año y cuya confesión escrita con el tenor de la buena literatura tenemos entre nuestras manos.

Sorprende que esta edición sea la escrita realmente en prisión dado que el propio Fallada, haciendo de Gran Hermano de sí mismo, corrigió algunos apartados de este diario tras la ‘liberación’ soviética. Lo voluble del alma humana sometida a tantas presiones está presente en estas correcciones. Las notas a la edición documentan ampliamente el origen del texto traducido y certifican los cambios que el autor impuso a la ‘nueva’ edición en su época.

Agrupando ideas podemos decir que estamos ante una confesión de ingenuidad unida a un alegato antifascista escrito por un ser que podría haber vivido muy bien con Hitler, muy mal en su contra, pero que eligió un término prudente que acabo consumiéndolo personalmente.

Pepe Rodríguez


Fuente: El placer de la lectura

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