ARTÍCULO DE GEMA DELGADO EN MUNDO OBRERO Nº 249 DE JUNIO 2012
Han
pasado 100 años desde que el primer ejemplar del
Pravda viera la luz. La
máquina de escribir de Lenin, su
fundador, su mesa y su retrato permanecen en la
actual redacción del Pravda, en Moscú, en la calle que
lleva el nombre de la publicación, una de las pocas cosas que no destruyó Yeltsin y sus sucesores en su
intento de borrar el comunismo de la
historia del país.
El
redactor jefe, Boris Komotsky, periodista,
economista y uno de los 98 diputados que el Partido Comunista de la Federación Rusa
tiene en la Duma,
explicaba desde la redacción del periódico cuál ha sido y sigue siendo la filosofía
que ha marcado la historia del periódico: "Pravda combina dos cualidades aparentemente incompatibles. Es el espejo en el que se refleja la realidad y las luchas la clase
trabajadora a través del análisis
sociopolítico y socioeconómico de la situación en que vivimos, a la vez que un faro
que ilumina el camino a seguir".
Pravda,
que significa Verdad, tiene en su ADN el desempeño de las tres funciones que
inspiraron a su creador agitación, propaganda y organización, cuando en el editorial del primer número del diario se propuso ser la voz de las reivindicaciones
del proletario ruso, crear una conciencia
socialista y trabajar por la unidad de acción,
la solidaridad de clase trabajadora y la
victoria del trabajo sobre el capital.
El
periódico se imprimió el 5 de mayo de 1912 (22 de abril en el antiguo calendario ruso) en San
Petersburgo. El régimen zarista cargó contra él. Lo cerró ocho veces durante
los dos primeros años, pero resurgió con otros nombres hasta 1914. El 18 de marzo de 1917 vuelve a publicarse, y vuelve a
sufrir la persecución del entonces gobierno provisional hasta vencer como órgano central de la revolución
socialista soviética.
Cien
años después, el periódico fundado por
Lenin vuelve, como en sus orígenes, a luchar y a
superar las adversidades y la represión. Después de más de siete décadas
de esplendor como una de las publicaciones
más destacadas de la URSS,
órgano oficial del Partido Comunista
desde 1918, y la referencia mundial de la voz del
proletariado, retrocede a sus peores tiempos cuando
Yeltsin prohibe el Partido Comunista en 1991
y requisa sus bienes. Entonces el Pravda fue
adquirido por una familia griega, sobrevivió
a graves problemas financieros y en 1997 lo recupera el Comité Central del Partido Comunista de
la Federación Rusa.
Hoy el diario tiene cuatro páginas, 23 periodistas
y una tirada de 100.000
ejemplares. La redacción continúa en su original sede, en un edificio
construido por el partido y los camaradas y
por el que hoy tienen que pagar un alto
alquiler al gobierno que se lo apropió.
Como dice su redactor jefe, "en muchos
aspectos nuestro papel y nuestro contexto ha retrocedido a los que era antes de 1917: volvemos
a ser otra vez el principal órgano de la oposición, luchando por el poder; por los cambios políticos". Una lucha, como entonces hizo Lenin, a través de la unión
de los pueblos del mundo.
Y
así lo hicieron. Para celebrar los primeros
100 años del Pravda, el Comité Central del Partido Comunista y la dirección
del periódico invitaron a 24 publicaciones de
partidos comunistas hermanos para debatir
sobre el papel de la prensa de partido y
la lucha comunista en nuestros días.
La jornada la abrió el propio Guennadi Ziugánov, secretario general del Partido
Comuista de la
Federación Rusa,
quien expuso el contexto en que se encuentra Rusia en estos momentos, el funcionamiento
de las crisis capitalistas, la necesidad de
resistir y el papel que en esa lucha desempeñan nuestras publicaciones. Ziugánov
explicó que el capitalismo en sus 150 años de vida ya ha tenido 12 crisis, que según
teorizó Karl Marx son inevitables y se repiten
cada 10 ó 12 años. El capitalismo, añadió Ziugánov, sabe que sólo hay tres formas de
salir de esas crisis: la guerra, la dictadura
y la revolución, y ahora busca su salida hacia la
vereda de la guerra. De hecho dos de sus
crisis del siglo pasado ya desembocaron en
guerras. A finales de los 80 el capitalismo solucionó
otra de sus crisis profundas con la destrucción de la URSS
que condujo a una crisis global de la
economía rusa que privatizó todas las propiedades públicas y dinamitó el sistema económico. Las principales
víctimas de la última crisis son Grecia, Portugal e Italia y nadie sabe cómo acabarán.
La
crisis ha alcanzado un claro perfil de lucha ideológica. Estamos en una guerra de clases que se sustenta en la batalla de
las ¡deas, y tenemos que organizamos para
ganarla. Bajo ese principio se inició el intercambio de experiencias de los
representantes de periódicos comunistas de
24 países, como India, Pakistán, Vietnam, Alemania, Finlandia, Portugal, Chipre, Ucrania,
Bielorrusia, Reino Unido, Hungría, Cuba, Chile, Moldavia, Lituania, Latvia...
Todos los periodistas
fueron narrando de uno en uno la situación
que vive su país, los ataques neoliberales, las resistencias,
el papel de la prensa capitalista y el trabajo
y función que desarrollan los partidos
comunistas y sus publicaciones. Los puntos de encuentro fueron numerosos y podrían sintetizarse en las palabras
del camarada del periódico
del partido comunista chipriota "los medios de comunicación que sirven al capital
manipulan deliberadamente a la opinión pública, y los que podemos hacer frente a ese fraude somos los comunistas, junto a los
trabajadores para liderar la lucha contra el capital".
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