MANIFIESTO DE LA ASOCIACIÓN INTERNACIONAL DE TRABAJADORES
El 23 de julio de 1870, desde Londres, el Consejo General de la AIT publica un manifiesto dirigido a los miembros de la Asociación Internacional de los Trabajadores en Europa y los Estados Unidos:
En el manifiesto inaugural de la Asociación Internacional publicado en noviembre de 1864, decíamos: "Si la emancipación de las clases obreras requiere su concurso fraternal, ¡cómo podrán cumplir esa gran misión con una política .exterior que persigue designios criminales, explotando los prejuicios nacionales y prodigando en guerras de piratas la sangre y los tesoros del pueblo?...." ¿Qué tiene de asombroso que Luis Bonaparte, desde el primer momento, haya tratado a la Internacional como enemigo peligroso, él que usurpó el poder por la explotación de la guerra de las clases en Francia, y lo mantuvo por guerras periódicas en el exterior?...
La guerra urdida en 1870 no es más que una edición revisada y corregida del golpe de Estado de diciembre, de 1851.
Sin embargo, no olvidamos que son los gobiernos y las clases dirigentes de Europa los que pusieron a Luis Bonaparte en situación de jugar durante dieciocho años la farsa feroz del imperio restaurado.
Del lado alemán, esta guerra es una guerra defensiva. ¿Pero quién puso a Alemania en la necesidad de defenderse? ¿Quién proporcionó a Bonaparte la ocasión de hacerle la guerra? Prusia. Es Bismarck el que conspiró con el mismo Luis Bonaparte a fin de aplastar la opinión política en el interior y someter Alemania a la dinastía de los Hohenzollern... El régimen bonapartista que, hasta allí, no prosperaba más que a un lado del Rhin, halló su imitación del otro. ¿Qué podía resultar si no la guerra, de tal estado de cosas? Si la clase obrera alemana soporta que la guerra actual pierda su carácter estrictamente defensivo y degenere en una guerra contra el pueblo francés, la victoria o la derrota serán igualmente desastrosas. Todos los males que abrumaron a Alemania después de su guerra de la independencia, revivirán con más intensidad... La voz de los trabajadores franceses encontró un eco en Alemania. Una asamblea obrera inmensa llevada a cabo en Berwick el 16 de julio, expresó su adhesión completa al manifiesto de París, rechazó con indignación la idea de un antagonismo nacional, contra Francia, y en Chemnitz, los delegados de 50.000 obreros sajones adoptaron la misma resolución... La clase obrera inglesa tiende una mano fraternal a los trabajadores franceses y alemanes. Está íntimamente convencida de que, cualesquiera que puedan ser los resultados de esta guerra horrible, la alianza de las clases obreras de todos los países acabará por matar la guerra.
Fuente: Édouard Dolléans. Historia del movimiento obrero. Editorial Zero.
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