jueves, 10 de diciembre de 2009

LA GALERÍA SEVILLANA NUEVOARTE ACOGE UNA EXPOSICIÓN DE JOSEP GUINOVART


“SIGNOS DE TIERRA” RECORRE LOS 60 AÑOS DE PRODUCCIÓN ARTÍSTICA DEL DESAPARECIDO ARTISTA BARCELONÉS.

Más que una exposición cronológica de su amplia trayectoria hemos considerado más interesante presentar una antología de sus 60 años de trabajo en la que podremos observar la continua utilización de “elementos obsesivos” como él mismo los llama, para demostrarnos que su obra más que pintura entendida como tal, se trata de una aventura existencial de la que pretende hacer participe al propio espectador.

La incorporación de materiales no pictóricos (cuerdas, telas, madera…) y objetos encontrados (cubos, cajones, escaleras...) en sus obras son muestra de la necesidad que siente por satisfacer ese deseo de autenticidad que siempre ha perseguido.

Guinovart parte de la figuración pero también de la abstracción para crear un universo poético construido mediante un tejido simbólico en el que observamos claramente la presentación del objeto real por un lado, y la descontextualización del mismo por otro.
Esta exposición constará tanto de esculturas como de obra sobre papel, objetos intervenidos, óleo sobre lienzo…que lo confirman como uno de los referentes más importantes en el arte contemporáneo español.

Fecha: Hasta el 13 de enero de 2010


Josep Guinovart (1927-2007). Pintor, dibujante y grabador español. Nació en Barcelona y comenzó trabajando como pintor de paredes. En 1944 ingresó en la Escuela de Bellas Artes de la Lonja de Barcelona. A partir de 1951 se dedicó plenamente a la pintura y realizó ilustraciones para la revista del grupo Dau al Set. En 1952 se trasladó a París con una beca y, de regreso, fundó en 1955 el grupo Tahüll, junto con Cuixart, Jordi Muxart, Tàpies y Tharrats. Hacia 1957 inició una tendencia informalista y abstracta, con una fuerte presencia matérica tanto por la incorporación de elementos y objetos diversos (maderas quemadas, cajas, objetos de desecho) como por la aplicación de técnicas como el collage y el assemblage. A partir de la década de 1960 se alejó de la poética informalista y comenzó a realizar obras surcadas de signos y de gestos, que contienen una fuerte carga expresiva en el trazo y el colorido. A partir de la década de 1970 empleó sistemáticamente materiales como arena, tierra, barro, paja o fibrocemento, en obras como Tierra y rastrojo (1976) y Piedras y barro (1977), e inició una serie de obras en las que recoge preocupaciones sociales y políticas: Homenaje a Picasso (1967) y Homenaje al Che (1968). En la siguiente década comenzó a experimentar con la proyección tridimensional de sus obras, que se concretó en la creación de ambientes o entornos espaciales como el titulado Contorn-extorn (1978). Guinovart posee una producción artística muy variada: pinturas murales, decorados y escenografías teatrales, como la realizada para Bodas de sangre de Federico García Lorca, ilustraciones de libros, diseño de carteles, tapices y esculturas. Desde 1976, comenzó su actividad como grabador. En 1990 se expuso una retrospectiva de su obra en el Centre Cultural Tecla Sala de L´Hospitalet de Llobregat (Barcelona), por la que recibió el Premi Nacional d´Arts Plàstiques concedido por el Departamento de Cultura de la Generalitat de Catalunya ese mismo año. En julio de 1994 se inauguró el Espai Guinovart en Agramunt (Lleida), un museo dedicado al artista. La obra de Guinovart siempre se ha mantenido a medio camino entre la pintura y la escultura por la incorporación de todo tipo de elementos tridimensionales. Otra constante a lo largo de los años es la presencia de temas políticos, como en el Retablo de Jerusalem (2001), y de imágenes que evocan los lugares que ha visitado o en los que ha residido.



La espigadora protegida por la luna



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