Título: LA CIUDAD DEL DIABLO AMARILLO
Autor: Máximo Gorki
Editorial: Sequitur
ISBN 978-84-95363-61-9
130x200 mm,
112 páginas
PVP: 11,00 €
PRÓLOGO DEL LIBRO
Gorki en Nueva York, 1906
El 28 de marzo de 1906, Máximo Gorki llegó a Nueva York.
Como antes en Berlín o París, por donde pasó huyendo del destierro en Riga al que le condenaron las autoridades zaristas por su participación en la revolución de 1905, Gorki fue recibido con honores de masa, como un renombrado escritor.
Su viaje tenía un propósito político: denunciar la autocracia zarista, impedir que desde los Estados Unidos se suscribiera deuda emitida por Rusia para financiarla guerra con Japón y la represión contrarrevolucionaria y también para recaudar fondos para el Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia. En sus palabras: “Vengo a Estados Unidos para encontrar en el pueblo americano gente que se compadezca de los sufrimientos de mis compatriotas, que con tanto ahínco luchan y con tanto coraje soportan su martirio por la libertad. Ha llegado el momento de la revolución. Ha llegado el momento de derrocar el régimen zarista. ¡Ha llegado, ahora, ahora! Pero necesitamos dinero.¿Necesitamos dinero, dinero, dinero! Me presento ante ustedes como un mendigo por la libertad de Rusia”.
En este empeño, contó con el apoyo de destacados escritores estadounidenses como Mark Twain, William Dean Howells o H.G. Wells.
Sus primeros días en Nueva York fueron de asombro y celebración: “Es un país maravilloso, sin duda, es la Tierra Prometida (...) Espero vivir lo suficiente para llegar a ver algo parecido en Rusia. (La gente por la calle) parece tan feliz, tan consciente de sus derechos. Espero que podamos ver pronto caras así en Rusia. Ahora no son así. Las gentes de las calles de San Petersburgo y Moscú, en estos días de tristeza y sufrimiento, son como un cortejo fúnebre. (Aquí) Hasta las ardillas y los pájaros parecen saber que tienen derecho a -¿qué es lo que dice su Constitución?- la vida, la libertad y la consecución de la libertad.”
Pero a mediados de abril, por instigación del embajador ruso en Washington, los periódicos controlados por William Randolph Hearst iniciaron una campaña contra Gorki con el argumento de que la mujer que le acompañaba, la actriz Andreieva, no era su esposa legítima.
Ante el escándalo, ningún hotel quiso alojarle y tuvo que pernoctar en una comuna de Staten Island. Perdió muchos apoyos, apenas recaudó fondos, cambió sus impresiones iniciales sobre el país y acabó retirándose a las montañas Adirondack, en el estado de Nueva York. Durante este “destierro” estadounidense escribió La madre y Los enemigos, así como los relatos aquí escogidos y ya entonces publicados con los que, sin duda, no ganó en amistades locales. A principios de octubre, abandonaría los Estados Unidos, camino de Capri.
En un artículo, Gorki dejó escrito esta frase ambigua: “quien quiera hacerse rápidamente socialista, que viaje a los Estados Unidos.”
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