Año de realización: 1929
Realización, montaje y producción: Luis Buñuel
Guión: Luis Buñuel y Salvador Dalí
Fotografía: Albert Duverger
Dirección artística: Pierre Schild
Duración: 17 minutos
Música: Aunque originalmente es una película muda, en 1961 el cortometraje fue acompañado por tango argentino y Tristán e Isolda de Richard Wagner. En 1983, Mauricio Kagel compuso música especialmente para el filme.
Reparto: Pierre Batcheff (El hombre), Simone Mareuil (La mujer), Luis Buñuel (un hombre), Salvador Dalí (un seminarista), Jaime Miravilles (un seminarista), Robert Hommet (un joven), Marval (un seminarista), Fano Messan (el andrógino)
La idea de “Un perro andaluz” surge cuando Luis Buñuel le cuenta un sueño a Salvador Dalí en el que una nube corta la luna en dos mitades, “como una navaja corta un ojo”, con ocasión de una visita del director a la casa de su amigo en Figueras. Así se fragua la idea de escribir el guión conjuntamente, con la financiación (escasa) del padre de Buñuel. Se trataba de elaborar un film surrealista, irracional, a base de juntar imágenes acordadas por ambos y que, intencionadamente, no tuvieran conexión, con la única condición de que les resultaran sorprendentes. Numerosos son los estudiosos que han intentado encontrar una razón conexa para la imagen del mismo Buñuel cortando el ojo de una mujer (en el rodaje se utilizó el de un animal), la mano con hormigas seguida por un hombre en bicicleta o cercenada en la acera, un bastón clavado en la mano, un asalto sexual recreando los deseos del violador o dos estatuas enterradas hasta el torso…
Buñuel siempre ha afirmado que no existía esta conexión, ni el título tenía sentido alguno, y se ha reído de quienes intentaban buscar el trasfondo (¿quizás freudiano?) tratando de explicar un significado donde no lo hay. Para describir la película no se puede sino enumerar sus planos, pues no existe argumento alguno que los una.
Hoy día, si imaginamos a Buñuel o Dalí, pensamos probablemente en esa última imagen de dos ancianos, viejos baluartes del surrealismo, achacosos, pero en 1929 eran dos jóvenes más que radicales (Buñuel salió fervoroso del visionado de “El acorazado Potemkin” dispuesto a construir barricadas) que, contagiados por la libertad del Paris de la Generación Perdida, empuñaban como arma el escándalo para activar el choque contra la sociedad de entreguerras, inmersa en una grave crisis (no sólo económica) y que olía muy de cerca la reciente revolución soviética.
"Un perro andaluz" tiene, en su época, una manifiesta intención de ofender con su humor cruel y sus imágenes turbadoras, exasperantes. Una de las primeras películas realizadas con escaso presupuesto, métodos muy artesanales y predecesora del cine independiente. A pesar de que en la actualidad sus técnicas han sido superadas, este cortometraje continua siendo uno de los más famosos y es objeto de estudio para cualquier cinéfilo: la escena del ojo rebanado por la navaja y el plano del violador tirando de esa cuerda a la que están atados dos pianos enormes, dos sacerdotes y dos burros muertos encima, mientras la mujer se defiende de la agresión con una raqueta, además de ser enormes, apuntaban ya que Buñuel se iba a convertir en uno de los más grandes directores de cine.
VER PELÍCULA: http://video.google.com/videoplay?docid=-6212251291122767572&ei=8IhxSu-YJZDJ-AaG3LHLDw&hl=es
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