“EL ANDAMIO” TRATA LA SINIESTRABILIDAD LABORAL Y FUE CENSURADA
Finales de los años cincuenta. Un grupo de aficionados al cine, en un tiempo sin cámaras digitales, decide rodar una película, El andamio (Rogelio Amigo, 1958), sobre un obrero que muere tras caer de un andamio. Pese a su tono reivindicativo, el título logra burlar la censura y gana un premio en el Festival de San Sebastián en 1958. Las autoridades se percatan entonces de su contenido incendiario y deciden enterrar el filme.
Ahora, cincuenta años después, la productora Lili Films y el Centro Galego das Artes da Imaxe (CGAI) han restaurado la película maldita. Además, la búsqueda de los protagonistas de la cinta ha servido de hilo argumental del documental 50 años en El Andamio (Ángel Rueda, 2008), que trata de descifrar cómo se pudo realizar una película amateur de estas caracteríticas en los años cincuenta. Ambas películas se estrenan hoy en el CGAI.
Obra de culto
El andamio es una pieza de culto. Según Ángel Rueda, artífice de la recuperación y director del documental, "aparece mencionada muy de pasada en historias del cine gallego, porque nadie la ha visto". Con todo, se trata de un título pionero: fue la primera película amateur sonorizada y con diálogos de contenido social. Su director, Rogelio Amigo, emigró a Madrid poco después de rodar El andamio para dedicarse al cine, trabajando de ayudante de dirección a la sombra de figuras como Luis García Berlanga o Basilio Martín Patino.
No obstante, más allá de la figura de Amigo, El andamio salió adelante gracias a la ayuda de los hermanos Docampo, dueños de una tienda de electrodomésticos en A Coruña, que aportaron el equipo necesario para el rodaje. "Pepe Docampo protagonizó mi corto El cielo en súper 8", explica Rueda. "Un día, como por casualidad, nos contó que en 1958 había producido una película amateur de contenido social. Así descubrimos que almacenaba la única copia existente en un ático porque, a estas alturas, aún le daba miedo proyectarla. Poco después de exhibir la película en San Sebastián, Rogelio había recibido una llamada recomendándole enlatar la película si no quería tener problemas".
El poder del ladrillo
Ahora, tras medio siglo de silencio, han salido a la luz las peculiaridades del rodaje. "Los hermanos Docampo construyeron su propio mezclador. Tras el rodaje reunieron al equipo para grabar los diálogos con el mezclador casero, así que la película está completamente doblada", cuenta Rueda. Y añade: "Más que recuperar un filme, hemos rescatado a los protagonistas de una historia que sigue vigente varias décadas después".
El andamio cuenta la historia de Juan, un campesino que emigra a la ciudad para trabajar en la construcción. En pleno desarrollismo, con la industria del ladrillo funcionando a pleno rendimiento, primaba el beneficio de los promotores."La película habla sobre el trabajo temporal, los despidos y los abusos", explica Rueda. ¿Seguimos en el andamio medio siglo después?
Fuente: Elena Duque (Público).
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